El
16 de mayo pasado una mujer uruguaya fue procesada por el “delito
de aborto” luego de consultar en el Hospital Pereira Rossell (HPR),
del Ministerio de Salud Pública (MSP). La joven de 20 años
había asistido a una clínica clandestina y fue derivada
a dicho hospital por un médico particular que constató complicaciones
post aborto, no sin antes denunciarla ante la justicia.
En
Uruguay la Ley Nº 9.763 del Código Penal (vigente desde 1938)
estipula que el aborto es delito. Aunque hay algunas atenuantes, son impracticables
en los hechos debido a numerosos obstáculos a que se enfrentan
las mujeres, desde la condena moral hasta la falta de preparación
y sensibilidad de los trabajadores de la salud y del Poder Judicial.
Ante el significativo aumento de muertes de mujeres por abortos inseguros
en 2001, médicos del HPR y la Universidad de la República
elaboraron las “Iniciativas sanitarias contra el aborto provocado
en condiciones de riesgo1 ” (IS), institucionalizadas en todo el
país desde 2004 por ordenanza del MSP.
Aunque descentralizadas, las IS que funcionan en el Hospital Pereira Rossell
reciben la mayoría de las consultas de mujeres antes y después
de realizarse abortos clandestinamente.
Preocupa
la violación de la confidencialidad médico paciente.
Alarma la violación sistemática de los derechos sexuales
y reproductivos de las mujeres, mientras el proyecto de ley para despenalizar
el aborto, tantas veces presentado a la Cámara de Representantes,
sigue bailando en los cajones del Palacio Legislativo.
Indigna que una mujer más muera o sea procesada por tomar una decisión
que le compete en cuerpo y alma.
Firmas contra la hipocresía
1 http://www.iniciativas.org.uy/nosotros/
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