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Marta
Lamas
El
sábado 4 de febrero murió Betty Friedan a los 85 años.
Considerada una de las pioneras de la segunda ola feminista en Estados
Unidos, se volvió famosa por su libro La mística de la feminidad.
Publicado en 1963, ese análisis del síndrome del ama
de casa" se convertiría en el disparador que motivaría
a cientos de miles de mujeres a una toma de conciencia feminista en los
años setenta. Friedan analizó la profunda insatisfacción
de las mujeres estadounidenses consigo mismas y con su vida, y cómo
dicho descontento se traducía en diversas patologías autodestructivas:
ansiedad, depresión, alcoholismo. Friedan concluyó que el
hecho de que las mujeres no lograran su realización personal con
el desempeño de sus papeles de esposas y madres era un problema
"más grave para la salud física y mental de nuestro
país que cualquier enfermedad conocida.
Precisamente
enfrentar ese problema "sin nombre" fue una de las tareas principales
del incipiente movimiento feminista. Para Friedan, "la mística
de la feminidad" era un problema político. Mientras los hombres
estaban en el frente, durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres se
habían incorporado masivamente al trabajo. Para que regresaran
al hogar hubo que realizar un esfuerzo de comunicación y adoctrinamiento
feroz. Pero el mensaje que identificaba mujer con madre y esposa clausuraba
toda posibilidad de realización personal y culpabilizaba a aquellas
mujeres que no eran felices viviendo dedicadas al hogar. El problema "sin
nombre" era justamente la insatisfacción y la alienación
que producía el aislamiento del ama de casa que, junto con horas
enteras dedicadas a la limpieza del hogar, a lavar y planchar ropa, a
preparar alimentos y lavar trastes, dejaba un sentimiento de vacío.
Friedan planteó que una mujer "no debe sentirse egoísta
o neurótica si quiere lograr sueños propios, que no sean
los del esposo o los hijos". La frase: "una mujer debe poder
decir, y sin sentirse culpable, ¿quién soy y qué
quiero de la vida?" ayudó a muchísimas mujeres a replantear
el sentido de sus vidas. Pese a ello, Friedan recibió duras críticas
de distintos sectores del movimiento, pues su libro aludía sólo
a las amas de casa blancas y de clase media.
Poco
después, en 1966, Friedan contribuyó a fundar la que ha
llegado a ser una de las organizaciones feministas más poderosas
de Estados Unidos, y sin duda la máxima representante del feminismo
liberal, la National Organization for Women (NOW). Como primera presidenta
de NOW, Friedan hizo campañas a favor del aborto, la igualdad de
salarios y las licencias por maternidad.
Sin
embargo, fue muy criticada por las feministas radicales por su postura
liberal, que postulaba reformar el sistema hasta lograr la igualdad entre
los sexos. En 1998, quienes habían cuestionado duramente a Betty
Friedan se llevaron una sorpresa al publicarse una biografía que
la retrata como una radical, vinculada al Partido Comunista estadounidense,
involucrada en una comprometida lucha obrera y en defensa de las personas
afro americanas.
Daniel
Horowitz, el autor, hace revelaciones sobre la líder feminista
totalmente contradictorias con su imagen pública de reformista
liberal. Los datos históricos de Horowitz perfilan la figura de
una activista de izquierda, marxista, que aboga por la sindicalización
de los trabajadores en el campus universitario de Smith College, en los
años que estudió allí (1938-42). De Smith se gradúa
con honores y pasa un año, de 1942 a 1943, haciendo un postgrado
en sicología en Berkeley. Allí, además de trabajar
con sus amigos, miembros activos del Partido Comunista, rechaza una espléndida
beca de tres años para proseguir su carrera. A ella no le interesa
la academia y se va a Nueva York como periodista de la Federated Press
(FP), la agencia izquierdista de noticias en Estados Unidos. Desde ahí
escribe reportajes denunciando el racismo, promoviendo el sindicalismo,
exhibiendo el sexismo. En 1947 se casa con Carl Friedan, con quien tiene
tres hijos. Sale despedida de FP, no queda claro si por sus posiciones
pro soviéticas o por su embarazo, y se va a UE News, el boletín
de noticias del sindicato de la United Electrical, Radio and Machine Workers.
Este sindicato era de los más radicales en Estados Unidos, y desde
ahí Friedan escribe extensamente sobre los problemas de desigualdad
de la clase obrera y del racismo hacia las mujeres afro americanas. Ella
arma varias publicaciones especiales entre 1952 y 1953, donde muestra
cómo el Estados Unidos corporativo explota a las obreras y tiene
prácticas discriminatorias con las personas afro americanas.
Después de dejar el UE News, despedida por su segundo embarazo,
se inicia el período de su vida más cercano al de un ama
de casa suburbana, de 1953 a 1962; claro que, como era de esperarse, Friedan
fue atípica como ama de casa. Horowitz da testimonio de que siguió
escribiendo artículos como free lance", dio clases en
la Universidad de New York y en la New School for Social Research, y estuvo
muy activa en la política local de su comunidad. Esta información,
totalmente desconocida por cuatro décadas, hace pensar que tal
vez el silencio que Friedan guardó sobre su pasado radical fue
una decisión estratégica, para no contaminar
la lucha feminista con el estigma que el comunismo adquirió en
Estados Unidos.
Me
parece que precisamente esa faceta de su vida magnifica la memoria, ya
monumental, de esta feminista emblemática del siglo XX.
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