
“Dicen que cómo es posible que usted, la Virgen María, no haya otorgado el socorro mil veces pedido por tanto piadoso nica para ser librados del fiero dragón que asola estas tierras desde hace dos administraciones”.
Por Sofía Montenegro
Estimada Virgen María:
Mis cordiales saludos. Me he tomado la libertad de escribirle a propósito de la celebración este próximo 8 de diciembre, de su engendramiento hace milenios por sus progenitores Ana y Joaquín, que la dotaron de un gran sistema inmunológico que impidió que se le pegaran bacterias, virus o manchas, como al resto de nosotros y le permitió nacer sana, bonita, buena e impecable.
Le hablo de usted, porque yo no soy tan confianzuda como el resto de los nicas que la tratan de “vos virgencitá” y la molestan a todas horas pidiéndole para cuanta cosa se les ocurra. Le escribo por este periódico porque no tengo su dirección, aunque algunos me han dicho que le escriba a El Carmen –una casa particular que funge como presidencia de la República (no la Iglesia del mismo nombre que queda por los alrededores)- porque ahí está –según dicen también- su representante personal y manager. Además, porque como he podido constatar usted no tiene email, no está en facebook ni mucho menos en twitter, como el Santo Padre, que ese sí, todo mundo sabe que vive en Roma.