Día: 19 de mayo de 2012

La democracia que merecemos

Durante muchos años, yo, como tantos miles de uruguayos y uruguayas, dudaba si finalmente sería posible o no que tuviéramos en el país un gobierno progresista. Esto es, un gobierno para el cambio. Un gobierno que basado en el sistema democrático, haría de la justicia social, la equidad y los derechos humanos el motor que ampliara la libertad y la igualdad de oportunidades “democratizando la democracia”.

La democracia que merecemos

Durante muchos años, yo, como tantos miles de uruguayos y uruguayas, dudaba si finalmente sería posible o no que tuviéramos en el país un gobierno progresista. Esto es, un gobierno para el cambio. Un gobierno que basado en el sistema democrático, haría de la justicia social, la equidad y los derechos humanos el motor que ampliara la libertad y la igualdad de oportunidades “democratizando la democracia”.

Política, moral y aborto

La polémica por la legalización del aborto en este país parece una nave a punto de naufragar en el mar de la confusión y la manipulación. Si se sigue este rumbo a nadie debería extrañar que lo único que se escuche sean falacias y mentiras. Todavía no se ha acusado a los partidarios de legalizar el aborto de asesinos, pero tengan paciencia que la condena llegará. Si el presidente veta una ley que legaliza el aborto apelando a sus personales convicciones morales, sin siquiera aclarar en qué consisten esas convicciones, es muy difícil discutir. Así no hay argumento que aguante ni polémica que dé frutos.

Política, moral y aborto

Por Jorge Barreriro

La polémica por la legalización del aborto en este país parece una nave a punto de naufragar en el mar de la confusión y la manipulación. Si se sigue este rumbo a nadie debería extrañar que lo único que se escuche sean falacias y mentiras. Todavía no se ha acusado a los partidarios de legalizar el aborto de asesinos, pero tengan paciencia que la condena llegará. Si el presidente veta una ley que legaliza el aborto apelando a sus personales convicciones morales, sin siquiera aclarar en qué consisten esas convicciones, es muy difícil discutir. Así no hay argumento que aguante ni polémica que dé frutos.

¿Mitos fundacionales o conservadurismo autóctono?

A raíz de mi última columna (Brecha Nº 977) se han recibido cartas de lectores cuestionando la pertinencia de proponer un debate acerca de la democratización del poder, también desde una perspectiva de género. Pero como nunca dije lo que el Prof. Juan Francisco Costa dice que dije, me limito a solicitarle que si no lo “agravia” demasiado, vuelva a leer mi artículo “Ni más ni menos” (Brecha Nº…) y luego la carta del Sr. Néstor Núñez y mi respuesta. Verá que no fui yo quien planteó la disyuntiva entre “vagina o pene” ni quien usó un dato estadístico para fundamentar la importancia de un tema sobre otro. Entre otras cosas, porque no creo que el derecho de los niños y niñas a estar bien alimentados, se oponga al derecho de las mujeres a ejercer su ciudadanía. Los derechos humanos además de universales son indivisibles e interdependientes, lo que significa que deben poder ejercerse en forma simultánea. No hay jerarquías entre los derechos humanos.

¿Mitos fundacionales o conservadurismo autóctono?

A raíz de mi última columna (Brecha Nº 977) se han recibido cartas de lectores cuestionando la pertinencia de proponer un debate acerca de la democratización del poder, también desde una perspectiva de género. Pero como nunca dije lo que el Prof. Juan Francisco Costa dice que dije, me limito a solicitarle que si no lo “agravia” demasiado, vuelva a leer mi artículo “Ni más ni menos” (Brecha Nº…) y luego la carta del Sr. Néstor Núñez y mi respuesta. Verá que no fui yo quien planteó la disyuntiva entre “vagina o pene” ni quien usó un dato estadístico para fundamentar la importancia de un tema sobre otro. Entre otras cosas, porque no creo que el derecho de los niños y niñas a estar bien alimentados, se oponga al derecho de las mujeres a ejercer su ciudadanía. Los derechos humanos además de universales son indivisibles e interdependientes, lo que significa que deben poder ejercerse en forma simultánea. No hay jerarquías entre los derechos humanos.