Como dijiste que la gente te importa más que la política, ojalá puedas hacerte tiempo para darte una vuelta a ver la torre que levantamos en el Parque Rodó. Seguro que vos también pensás que el «cambio» no dependerá de si es con préstamos del FMI o dejando de pagar la deuda, sino de convocar y convencer a la gente de que vale la pena, una vez más, tener paciencia y creer. Creer con ganas en que esta vez, se puede.
Con esas ganas fue que levantamos la torre. Es como un experimento a pequeña escala de lo que deberíamos poder hacer en todo el país: poner de acuerdo a los y las uruguayas, a las organizaciones sociales, a las empresas, a los intelectuales, al estado, en favor de un proyecto común.
¿Qué hace esa torre ahí? Además de ser linda ¿qué hace? Y mirá que no es poca cosa que sea linda y que los artistas pregunten si pueden participar de la próxima «construcción ciudadana»; que los vecinos del edificio de enfrente llamen para decirnos que les encanta verla iluminada o que desde otros países nos pregunten si pueden utilizar la idea.
Tabaré, la torre es la gente. Es una metáfora. Simboliza la participación, la diversidad, la tolerancia, la ciudadanía. Está hecha con las fotocopias que más de 3.000 personas (varias de ellas en el exterior) decidieron hacerse para participar de esta construcción. Hay quienes eligieron fotocopiarse las manos, quienes los pies; hay tetas, caras, culos, hay uno tomando mate, otro lavándose los dientes, hay algunos tatuajes, hay orejas y bocas juntas… nadie sabe quién es quién ahí, pero son un montón de mujeres y hombres, jóvenes y viejos de todos los colores y todas las sexualidades. De todas las clases y todos los oficios. Son los ciudadanos y las ciudadanas.
Elegimos fotocopiarnos el cuerpo porque los cuerpos son políticos. ¿Hay algo más político que el cuerpo de Rosa Park, la mujer negra que en Estados Unidos, con el solo gesto de no subirse al ómnibus, paró a todo un país contra el racismo y cambió la historia de negros y de blancos? ¿No son los cuerpos los que producen? ¿no son los cuerpos los que reproducen? El hambre como el placer, se sienten en el cuerpo. No pensamos sino con nuestras cabezas ni sentimos sino con el corazón. Por eso los derechos deben ser de todos los humanos, por eso no es justo que las humanas tengamos menos derechos. Pero paradojicamente en el parlamento del Uruguay del cambio va a haber aún menos mujeres que antes, los que sean gays y lesbianas estarán tapados (como casi siempre), probablemente no habrá una sola persona negra y todo habrá sido hecho en nombre de la democracia «representativa».
Ulrich Beck se pregunta: » cómo puede una sociedad expuesta a los rigores de la comunicación y el mercado global, basados en la individualización institucionalizada, tener al mismo tiempo un sentimiento de pertenencia, de confianza o de cohesión, y se contesta que “Solo puede lograrlo recurriendo a una fuente que, en vez de agotarse por el uso cotidiano, brota con fuerza renovada: recurriendo a la democratización cultural y a la libertad política. Esta democratización cultural está transformando los fundamentos de la familia, las relaciones de género, el amor, la sexualidad, la intimidad”.
Esa torre nos recuerda que el sentido de la democracia, está vinculado más que nunca a la participación amplia, creativa y diversa. No es la «torre de marfil». Y puesto que pudimos ponernos de acuerdo tantos y tantas para construirla, tampoco es la «torre de Babel». Los alquimistas simbolizaban en ella la transformación de la materia. Para los cristianos, su sentido ascendente de la tierra al cielo era el símbolo de la elevación espiritual.
En el ajedrez, la torre es la única que se mueve siempre en dirección recta y no salta jamás sobre otra pieza, excepto sobre el rey cuando éste se acerca a ella, para protegerlo. Lo que está claro es que cuanto más alta sea una torre más ancha debe ser su base. Sino cualquier viento la tira.
Festejemos. La alegría organizada puede parar vendavales.
Escrito por Lucy Garrido
Nota al pie:
Organizaron la Construcción Ciudadana 1: COTIDIANO MUJER, OS, GO, REPEM, ANONG, CNS, IDES, ACJ, Vida y Educación, con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll y el auspicio de UTE, IMM, Xerox y Fanapel.