El pedido de disculpas del presidente del Uruguay, José Mujica, en cuanto a sus declaraciones en la prensa de que la oposición debería «controlar a sus señoras esposas» no es suficiente para borrar la raíz del pensamiento profundamente machista y conservador revelado. Afirmar que «los presidentes no tienen el humano derecho a ‘calentarse’ ante improperios, han ser de mármol como las estatuas» significa no hacerse cargo de la responsabilidad y las consecuencias de sus actos. Es como sostener que lo piensa, pero no lo puede decir.
Su pensamiento expresado el último 7 de diciembre va a contramano de las luchas por la igualdad de género y las conquistas que han sido logradas en Uruguay. Su declaración desmerece la propia participación de su partido, el Frente Amplio, en la elaboración de políticas y leyes con enfoque de género, necesarias para reparar justamente las consecuencias del mismo machismo perpetuado en la sociedad. Cotidiano Mujer, colectivo feminista, rechaza la enmienda y el soneto.
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