Se acerca otro año de elecciones en Uruguay, y resulta oportuno analizar desde una perspectiva de género, quienes participan, en que espacio y con qué grado de éxito, tanto como inquirir en las propuestas y los discursos que las/los candidatas/os trasmiten, ya que la participación equitativa de las mujeres en política es imprescindible para fortalecer la igualdad de género de las instituciones y relaciones que dan forma a nuestra sociedad.
Ser representante a nivel político significa ocupar un cargo electivo o designado, donde se participa de las decisiones sobre distintos asuntos públicos, reflejando los intereses de la ciudadanía. Según Pitkin (1967), la representación tiene tres dimensiones. Por un lado la descriptiva, que hace referencia a las características sociodemograficas del representante. Para que un órgano de representación tenga representatividad debe no solo reflejar las distintas colectividades políticas o ideológicas, sino además la diversidad de la ciudadanía en todos los sentidos. Otra dimensión es la sustantiva, que se refiere a la representación de las diversas perspectivas y opiniones que responden a los distintos intereses y necesidades de la ciudadanía, que hacen y que proponen los representantes. Por último la dimensión simbólica que refiere a la legitimidad de las instituciones y de la representación ante la sociedad (Pitkin, citado en Johnson, 2016, p. 4).
En el contexto regional el Uruguay se destaca por indicadores de género igualitarios en acceso al sistema educativo y al mercado de empleo sin embargo en el plano de la representación política y empoderamiento económico, muestra un estancamiento respecto a sus vecinos. Siendo los tres ámbitos con menor presencia femenina, los de mayor poder, el parlamento, las intendencias y los ministerios. Si bien existe una Ley de Cuotas, que sufrió modificaciones, pero viene aplicándose desde las elecciones internas de 2009, y rigió para las elecciones nacionales y departamentales de 2014-2015, hay elementos del sistema electora que acotan la aplicación de esta medida. En circunscripciones pequeñas donde los partidos compiten por pocas bancas y es casi imposible que una lista gane más de una banca, el único lugar de la lista que podría ser electo es el primero. En general quienes encabezan las listas son varones, por lo que esta ley es insuficiente para poder lograr el cometido de aumentar la participación de las mujeres en los ámbitos de representación política. A esto debemos sumarle la falta de voluntad de la mayoría de las agrupaciones políticas, que hacen lo mínimo requerido por ley para que las mujeres accedan a candidaturas competitivas, debido a la resistencia masculina a ceder los cargos de poder. Los partidos son los principales filtros para el acceso de la mujer a los cargos de representación, y aunque la disposición obligue a los partidos a usar la cuota para la elección de sus órganos directivos, la integración de la mayoría de estos no llega a ser paritaria.
El Frente Amplio es el partido que mas chances ha dado a las propuestas paritarias, aunque aún no ha logrado articularse para presentar una fórmula presidencial con una mujer en ella. Sin embargo en el 2017 el Plenario del partido aprobó la paridad de género en la conformación de sus listas, lo cual se verá reflejado en las próximas elecciones. Además desde el ascenso de este partido al poder ha habido un cambio en la conformación de los ministerios, se asignaron mujeres a ministerios tradicionalmente masculinos, como Defensa, Interior o Industria, Energía y Minería, generando una diversificación en la participación de las mujeres en los gabinetes.
La actual Ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, es una posible candidata a la presidencia por el Frente Amplio para las próximas elecciones y recibe el apoyo del Movimiento de Participación Popular, uno de los sectores mayoritarios de la fuerza política. Siendo la única mujer entre las precandidaturas del partido, no necesariamente representa en lo sustantivo al feminismo, y no recibe apoyo de sectores más asociados a defender la igualdad de género y la participación de mujeres en política como Casa Grande o el Partido Socialista, que apoyan la precandidatura de Daniel Martínez. A su vez, Cosse admite no haber apoyado la Ley de Cuotas en su momento, aunque ha cambiado su postura, manifiesta que hacen falta acciones afirmativas para que aumente la participación de las mujeres en política, y en el caso de salir electa presidenta conformaría un gabinete paritario. Actualmente se considera feminista y está a favor de la autonomía económica de la mujer, como Ministra ha apoyado programas para disminuir la brecha de género en las Tecnologías de la Información y Comunicación y ciencias básicas, e intentar desmitificar que son aéreas de conocimientos para varones. Igualmente su campaña está centrada en el plano económico y energético, respondiendo a su perfil técnico. Tanto como en la seguridad pública.
La participación paritaria en política no solo implica una mayor representatividad en términos cuantitativos o descriptivos, también deben estar representados los intereses y necesidades de las mujeres, es decir, el discurso y las propuestas deben ir en consonancia con la defensa de la igualdad de género. Actualmente entre las mujeres que participan en altos niveles de representación como el parlamento o algunos ministerios sigue habiendo un discurso meritocratico que dificulta la legitimación de acciones paritarias ante quienes se oponen a estas. No obstante, la simple visibilización de mujeres en cargos de poder ayuda a normalizar en la sociedad dicha participación. En el caso de Carolina Cosse, observamos que ha ido acercando su discurso a la defensa de los derechos de las mujeres, lo que puede responder a una estrategia electoral, o un real compromiso.
Es imprescindible que una mujer integre la fórmula presidencial para poder avanzar en la consolidación de una democracia paritaria, además de seguir promoviendo reformas que garanticen el derecho a la participación política de las mujeres. SI tenemos en cuenta la trayectoria, el Frente Amplio debería ser entre los partidos mayoritarios, quien presente una fórmula presidencial integrada por una mujer a las elecciones nacionales, y la única posible candidata es Carolina Cosse, que si bien no se le identifica habitualmente como feminista empieza a incluir en su agenda cuestiones de género. Las próximas elecciones serán decisivas asentar la participación de las mujeres en política, y es apremiante que los partidos mayoritarios presenten una formula integrada por al menos una mujer; las elecciones internas definirán además los liderazgos para las próximas elecciones nacionales, queda en manos de los votantes el apoyo a una formula paritaria.
Bibliografía
Delacoste, G., Johnson, N., Rocha, C., Schenck, M. ( 2015): Renovación, Paridad : horizontes aun lejanos para la representación política de las mujeres en las elecciones de 2014. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. Montevideo, Uruguay.
Johnson, N. (2016): Participación y representación política. Diagnostico prospectivo en brechas de género y su impacto en el desarrollo. Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Presidencia de la República. Montevideo, Uruguay.
Pérez, V. et al (2018): Uruguay una democracia consolidada, aun muy lejos de la paridad. Diagnóstico sobre las condiciones para ejercer el derecho a la participación política de las mujeres. Atenea Mecanismo de aceleración de la participación política de las mujeres en América Latina y el Caribe. Montevideo, Uruguay.
Artículos de Prensa
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Cianelli, M., Silva, L. (1 de Diciembre de 2018): Carolina Cosse: El modelo económico se está agotando” La Diaria. Recuperado de:
Demirdjian, S. (2 de abril de 2018): En Uruguay la mujer no tiene el espacio para desarrollarse y ser líder. La Diaria. Recuperado de: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2018/4/en-uruguay-la-mujer-no-tiene-el-espacio-para-desarrollarse-y-ser-lider/