Juan Manuel Varela
En la última década ha habido un crecimiento de movimientos o partidos de extrema derecha, tanto en Europa como en América, incluso con grandes éxitos electorales en países como Austria o Suiza. Este viraje hacia posturas más radicales en Europa muestran el descontento respecto a temas como la crisis migratoria por los refugiados, los ataques y/o amenazas terroristas, el lento crecimiento económico, y la Unión Europea. Sin embargo muchas de estas agrupaciones, surgidas o renovadas en los últimos años, reivindican derechos de las mujeres y de la población LGBTIQ, y están encabezados por mujeres o tienen un papel importante dentro de la organización. Esto muestra la intención de la extrema derecha de poder abarcar un mayor electorado tratando de alejarse de la tradicional ultraderecha fascista o nazi, revisando y renovando tanto sus principales reivindicaciones como sus planteles; aunque siguen manteniendo una fuerte postura conservadora, nacionalista, euroescéptica (contra la Unión Europea) y perpetúan un constante ataque a los inmigrantes y refugiados.
Escuchar el programa: Ni Más Ni Menos 2018 #9 04/10/2018 Ultraderecha y feminismo en Europa
Es preciso, aclarar que el ámbito de la extrema derecha es muy amplio y cada movimiento, agrupación o partido tiene distintas características1, lo que hace muy difícil la generalización, aunque sí es visible el crecimiento electoral de muchos grupos que se consideran de extrema derecha, nacionalistas, conservadores, en toda Europa2.
El desencanto con la izquierda o el acercamiento a la derecha de una parte del electorado, viene dado principalmente por el fracaso de renovación de la izquierda, y sobre todo por el acercamiento de la ultraderecha a posiciones que tradicionalmente se identificaban con la izquierda. A esto se le suma el ascenso y enorme crecimiento de la economía China en el mundo, lo que genera la sensación de que Occidente (tanto Europa como Estados Unidos de América) están perdiendo supremacía global.
Esta ultra o extrema derecha no se muestra como racista o supremacista, sino que a través de la defensa de valores republicanos y liberales solapan el ataque a los musulmanes. Podemos decir respecto a la visibilización de las mujeres, que esta extrema derecha renovada se “feminiza” para aggiornarse a los nuevos tiempos y a la las nuevas demandas sociales; encarnando lo que Nancy Fraser llama peyorativamente feminismo neoliberal (meritocracia, emprendedurismo, igualdad de oportunidades). La principal misión de este cambio es darle otra imagen a la derecha radical, para hacerla más aceptable para la mayoría, tratando de incluir más mujeres y jóvenes.
Hoy en día, luego de décadas de visibilización de las minorías por parte de la izquierda, y de conquistas por los derechos de las mujeres, se ven obligadas a cambiar sus postulados para ser aceptados y competitivos electoralmente.
No obstante, los argumentos feministas se usan, no para reivindicar más derechos, sino que partiendo de la “desigualdad esencial” se reivindica el valor de lo femenino, la lógica es: somos distintos pero valemos lo mismo, respetemos las diferencias para que cada uno ocupe su lugar, aunque este sea de subordinación, “promover valores femeninos y mostrar que no son inferiores que los masculinos” (Alain Benoist). Asociados a la mujer aparecen valores como la maternidad o el cuidado, y el hombre no debe asumir roles femeninos, ni las mujeres roles masculinos. De esta forma la extrema derecha basa su políticas de género en la familia y en los cuidados.
La respuesta al crecimiento de estos grupos la encontramos principalmente en el fracaso de gobiernos de centro izquierda, que han contribuido en la visibilización de la mujer, “identificando progreso con meritocracia en vez de igualdad, con esos términos se equiparaba la “emancipación” con el ascenso de una pequeña elite de mujeres “talentosas” (…) falsa interpretación de la emancipación entendida en términos de meritocracia, diversidad yempoderamiento.”(NancyFraser). Lo que dio lugar a un sistema que acepta algunas mujeres en posiciones de poder, pero deja las masas de mujeres atrás, que buscan en la extrema derecha alternativas de empoderamiento. Rechazan la globalización, y la posmodernidad, poniendo en duda el paradigma de la igualdad.
A pesar de que el liderazgo femenino representa un cambio de imagen en los partidos de derecha radical o populista y hace que estos se conviertan en una opción aceptable intentando penetrar en las masas, las mujeres no han sido quienes optaron por estas opciones principalmente. Tanto en Europa como en Estados Unidos el voto de las mujeres hacia los sectores mas radicales de derecha es menor que el de los hombres..3 Lo que sugiere que estos partidos han aumentado su electorado masculino, y que la extrema derecha no gana gracias al voto femenino.
Si bien el panorama actual augura un crecimiento de la extrema derecha en Europa y América (el 46.03% de votos a Bolsonaro en Brasil), y este crecimiento en parte se explica por la falla de la izquierda en combinar la visibilización y derechos de las minorías con una economía alineada principalmente con las élites financieras mundiales, no son las mujeres quienes votan masivamente a estas agrupaciones. Y pesar de que muchas mujeres están presentes en estas agrupaciones en posiciones de liderazgo, y se ha renovado el discurso, en las bases ideológicas sigue existiendo aunque muchas veces solapadamente la xenofobia, racismo, la misoginia, el machismo y el nacionalismo exacerbado.
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Notas al pie
1Por ejemplo, por un lado esta Alice Widel del partido Alemán Alternativa para Alemania, que es lesbiana y vive con su pareja y tienen un hijo, y por otro el partido Amanecer Dorado en Grecia donde se promueve la fertilidad de mujeres griegas para “disuadir cualquier tipo de imposición extranjera”.
2En Suiza la Unión Democrática de Centro obtuvo el 29.4% de los votos en las últimas elecciones, el partido popular Danés es la segunda fuerza política del país. En Austria el Partido para la Libertad de Austria obtuvo un 26% de los votos en las últimas elecciones nacionales.
3Austria las mujeres votaron en las últimas presidenciales un 62% al candidato verde y un 38% al partido de ultraderecha. El voto de Amanecer Dorado en Grecia es esencialmente masculino. Las mujeres en Estados Unidos votaron más a Clinton que a Trump ( 54%-42%)
Bibliografía
- http://nuso.org/articulo/el-problema-racista-de-occidente/
- https://ctxt.es/es/20171206/Firmas/16553/fascismo-feminismo-Europa-Le-Pen-FN-CTXT-Alabao.htm
- http://nuso.org/articulo/derechas-locales-tendencias-globales/
- https://www.playgroundmag.net/now/Mujeres-extrema-derecha_22651457.html
- http://www.sinpermiso.info/textos/el-final-del-neoliberalismo-progresista