Los 20 años de FEMPRESS

Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº34, en 2001. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

APERTURA…

A ver, a ver…..hace 20 años Antonio Gala no había publicado «El manuscrito carmesí»; Fujiyama no había dicho ninguna bobada; los argentinos insistían con que a Borges le tenían que dar el Nobel; teníamos la onda del long-play pero no los microondas. En Internet nadie había escrito nada sobre la generación del 80 porque ni siquiera Bill Gates tenía muy claro qué era eso del ciberespacio. Ellys Regina vivía y cantaba; no estaba de moda comer Sushi, la gente solía cocinar para sus amigos y tenía más tiempo para caminar por calles y plazas.

El índice Dow Jones era una entelequia (más o menos como ahora); los europeos/as tenían el muro y nosotros/as las dictaduras (a propósito,tampoco existía eso de la «/as»). En Chile no existía el divorcio (?) y tampoco el mínimo aborto terapéutico (?); Pinochet creía que era eterno (ahora, por suerte, parece que ni siquiera podrá ser Vitalicio) y Pablo esperaba para ver las Alamedas.

Muchos todavía leían a Ray Bradbury -que viene a ser una especie de abuelo de la oveja Dolly- y el único mouse que conocíamos se llamaba Mickey. Estaba por hacerse el 1er. Encuentro Feminista, faltaban 5 años para que Cotidiano Mujer existiera y 10 años más para la IV Conferencia de Beijing.

Nadie sabía lo que era un indicador, qué quería decir lobby, mainstriming, ni accountability y mucho menos cómo se haría eso (también, más o menos como ahora).

A ver, a ver…y Fempress ya existía? creo que, entonces, sobran las palabras.

…Y CIERRE

Cumplidos 20 años, Fempress decidió dejar de publicar su revista.

Tanto para Cotidiano como para mí, leerla formaba parte de nuestro trabajo: para ver qué pasaba en otros países, para ver qué no pasaba, para alegrarnos por algunas noticias o enojarnos por algunas notas. Para mostrarle a las empleadas domésticas uruguayas que en otros países de la región, otras mujeres también estaban peleando por las mismas causas.

Entendemos y respetamos la decisión que han tomado, y aunque nos encantará leer el libro de los 20 años y saber que, de todos modos, Fempress estará en la web, sentiremos una falta muy grande cada mes y lo mismo le pasará a María en Tegucigalpa, a Juana en El Callao, a Nelzia en Pernambuco o a Silvia en San José.

Nos hubiese gustado que tanto las lectoras como las corresponsales hubiéramos podido opinar sobre este cierre. Porque Fempress, sin la menor duda, «es» una contribución fundamental al conocimiento y el coraje del feminismo latinoamericano.

Lucy Garrido

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