Esclavo/va.: dícese de la persona que por estar bajo el dominio de otra carece de libertad. (Diccionario de la Real Academia Española)

Después de la abolición de la esclavitud, sería impensable que se compraran o vendieran personas, que se les hiciera trabajar de sol a sol, que se les prohibiera u obligara a reproducirse… Uruguay abolió la esclavitud en 1830 y todos los uruguayos somos iguales ante la ley. Nadie está bajo el dominio de nadie y la libertad y la igualdad son el fundamento estructural de la república y de su constitución democrática.

 

Si esto es verdad, por qué las mujeres no podemos decidir si queremos tener un hijo o no? por qué las mujeres que se embarazaron sin quererlo (porque el método anticonceptivo falló o porque no puede comprarlos o porque ni siquiera sabe que existen o porque la violaron o porque no sabe cómo mantenerlo, etc., etc., etc.) no pueden decidir abortar con las mejores condiciones sanitarias?

La iglesia decide que el aborto es un pecado; el estado decide que el aborto es un crimen; los médicos pueden decidir que son objetores de conciencia; los parlamentarios van a ver si se animan a decidir porque el Presidente decide que veta. Todos deciden que las dueñas del cuerpo no pueden decidir. Todos deciden sobre un cuerpo ajeno.

Mientras, se está violando el derecho a la libertad, la igualdad, la vida, la salud y la integridad de las mujeres.

La libertad

El estado uruguayo reconoce la libertad de las personas, por lo tanto, la constitución reconoce la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad y no puede haber leyes ni decretos que desconozcan el derecho de cada quien a decidir como sujeto ético sobre el sentido de su vida.

En un país laico como el nuestro, el estado debe respetar, entre otras, las convicciones religiosas que tengamos. Las creencias y los valores forman parte de nuestra libertad de conciencia y nuestras opciones individuales. Decidir abortar o no, no es una decisión sencilla, pero en todo caso, es una decisión que responsablemente debe descansar antes que en nadie en la propia mujer, y los gobiernos no solo no pueden decidir por ella sino que tienen la obligación de garantizar que su decisión pueda llevarse a cabo en las mejores condiciones.

Ser madre no es «apenas» llevar un embarazo durante nueve meses. Es para toda la vida e implica asumir responsabilidades de todo tipo. Obligar a una mujer a continuar con un embarazo que no desea, es violentar su dignidad humana. Es embarazo forzado, es trato cruel e inhumano. Es esclavitud.

La igualdad

Alguna vez se le negó a los hombres el derecho a un medicamento o a una operación que solo ellos necesitaran? es imaginable una ley que les prohíba operarse de la próstata? es imaginable un circuito clandestino de venta de Viagra??? la «vida en potencia» que suponen tantos espermatozoides sueltos por el mundo, los hace delincuentes?

Solo las mujeres pueden quedar embarazadas y solo ellas pueden abortar. Prohibirles el acceso a los servicios que solo ellas necesitan, es discriminatorio y hace trizas el derecho a la igualdad. Es discriminatorio no solo entre hombres y mujeres, también entre mujeres ricas y mujeres pobres que no tendrán los medios para practicarse un aborto seguro, también entre mujeres adultas y mujeres jovenes. Y por su fuera poco, es discriminatorio porque se está protegiendo, contradicción mediante, la vida «potencial» del nonato sobre la vida»concreta» de un ser humano que tiene derechos y que es, además, cuando decide ser madre, quien va a cargar con todos los costos sociales, sicológicos y económicos que eso implica.

El derecho a la igualdad y la no discriminación es una de las bases principales de los derechos humanos. Impedir el acceso a tratamientos médicos que pueden proteger la vida y la salud de las mujeres es violar el derecho a la igualdad protegido, entre otros textos,en la Convención Contra todas Formas de Discriminación Contra la Mujer. Artículo 12. “1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.)

Honrar la vida

Nadie tiene derecho a imponer sus creencias a los demás. El presidente tampoco. Cuando Tabaré Vázquez amenaza con vetar una ley que no le guste, está faltándole el respeto a los legisladores/as que deberían obedecer a la ciudadanía, está decidiendo que su moral personal vale más que la separación de los poderes del estado. Está decidiendo que la multiplicación celular tiene el mismo valor que la vida concreta de las personas sujetos de derecho que somos las mujeres uruguayas.

Escrito por Lucy Garrido

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