La participación política de las mujeres en el nivel sub-nacional

Desde el 2013, Cotidiano Mujer, CIRE y CNS desarrollan una estrategia de trabajo destinada a desmontar los obstáculos que en forma persistente ha mantenido los niveles de representación política de las mujeres en porcentajes que nos ubicaban en los últimos lugares de los países de la región. Encontramos en el Fondo de Igualdad de ONU Mujeres la posibilidad de concretar una iniciativa que nos ha permitido recorrer el país en varias ocaciones, generar espacios de participación de mujeres políticas principalmente insertas en niveles locales de todos los partidos, articular discursos y propuestas, y motivar la presentación de candidaturas para el proceso electoral nacional y departamental.

 

Las campañas “Listas para las listas”, “Mujeres a la par,” “Poné tu cuota” fueron instalando en el espacio público la necesidad democrática de más mujeres en los espacios de representación. La paridad parece abrirse paso como horizonte ciudadano, sin embargo enfrenta la rigidez de los partidos a la hora de promover nuevos liderazgos y distribuir poder. En esta publicación la politóloga Verónica Perez, analiza los resultados de las

elecciones departamentales y municipales de mayo 2015, que junto con el balance de las elecciones nacionales completan el monitoreo del proceso electoral, y dan pistas para repensar los mecanismos que puedan garantizar la paridad en la representación política.

Como organizaciones feministas, la democratización del poder, ha constituido un eje central de acción política y por eso nos hemos preocupado en generar evidencia acerca de cómo se expresan esas relaciones en los sistemas políticos, las instituciones de la democracia, y los sistemas electorales. 

 

Hace 20 años, en la Conferencia de Naciones Unidas realizada en Beijing los gobiernos definían la participación política, como una de las áreas estratégicas para el avance de las mujeres. Antes de Beijing, Argentina fue el primer país del mundo en aprobar una Ley de cuotas que elevó considerablemente los niveles de participación de mujeres en los legislativos y en el 2001, 10 países de la región contaban con mecanismos similares.

Mientras que Uruguay votaba una ley por única vez recién en el 2009, Bolivia, Costa Rica y Ecuador, aprobaban en el mismo año, una que consagraba la paridad.

Romper el círculo vicioso de exclusión de las mujeres del espacio de representación política requiere como está probado, de leyes que obliguen al sistema de

partidos, a redistribuir poder con las mujeres.

En este año, la bancada bicameral femenina debatirá la presentación de una nueva ley para garantizar los niveles de representación de las mujeres hacia las próximas elecciones, y como dice Verónica Perez “el Parlamento tiene la posibilidad de sancionar una nueva ley de cuotas o avanzar hacia una ley de paridad. En cualquiera de los dos casos, el diseño de la ley debería tener especial consideración a la armonización de las disposiciones de la norma con la ingeniería electoral uruguaya que rige en cada nivel de gobierno”. Pero fundamentalmente no se podrá obviar que el reclamo de paridad es ni más ni menos que un reclamo de justicia.

Lilian Celiberti

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