La conciencia de los no objetores en Uruguay

El 30% de los ginecólogos de nuestro país manifestaron “objeción de conciencia” para practicar el aborto una vez que fue aprobada la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

Más allá del derecho que les asiste a hacerlo, y de que éste, bajo ningún concepto puede impedir el ejercicio del derecho de las mujeres a abortar; más allá de que la objeción solo puede ser individual y que deban ponerla por escrito; y sin detenerme a calcular cuánto de este 30% está peleando en realidad por un reclamo sindical, hay una pregunta que me interesa más todavía. Las y los ginecólogos que sí acatan la ley ¿no tienen conciencia? ¿No lo hacen “en conciencia”?


Los médicos/as que sí cumplen la ley, también tienen conciencia. Saben que el aborto clandestino es inseguro, saben del peligro y los riesgos por los que tantas miles de mujeres han tenido que pasar. Su ética ha sido construida sobre ese conocimiento y están a favor, no sólo de todos los nacimientos deseados, sino también, de la vida y el proyecto de vida de las mujeres.

No se trata sólo de que cumplen la ley, sino de que reconocen la autonomía reproductiva de las mujeres y su derecho a decidir. Al contrario de los “objetores” que están acostumbrados a ser los que deciden sobre las “pacientes”, la conciencia de los que sí cumplen la ley, entraría en crisis si no respetaran la voluntad de interrumpir el embarazo.

No es buena cosa, no es justo, regalar la idea de “conciencia” a los que anteponen su modo de pensar a los derechos sexuales y reproductivos de esas mismas mujeres que, sin embargo, quieren tener como “pacientes”. Aunque no como ciudadanas.

 

Por Lucy Garrido

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