Formas y formas de aprovechar el tiempo

Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº38, en 2002. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

La memoria es una construcción subjetiva

Isabel Trivelli

-“!Mármol puro!” vociferaba el comandante golpeando el piso con su bota.

Al coronel Barrabino, director del Establecimiento Militar de Reclusión Nro.2, Punta de Rieles, le gustaba mostrar las excelentes condiciones en que vivían “sus” detenidas.

Se vanagloriaba del reluciente parqué de las celdas, del piso de mármol de la “capilla”, de los canteros con flores, de los animales en la pradera.

Aquel antiguo edificio del noviciado San Juan Berchmans que los jesuitas vendieron al Estado uruguayo a fines de los sesenta se convirtió en delirante “casa de campo” de los comandantes de turno.

Allí los visitaban familiares y amigos en domingueras excursiones, allí se organizaban elegantes partidos de polo, juegos de frontón, se tomaba sol en la piscina.

Allí los hijos de los oficiales aprendían a reconocer las llamas, los carpinchos, los burros… y las presas políticas, todos en la misma exhibición.

Porque también fue allí que más de seiscientas uruguayas fuimos sometidas durante años a un planificado, sistemático y permanente intento de destrucción. Las delegaciones internacionales preocupadas por las condiciones de vida de las detenidas se sorprendían ante un edificio más que decoroso, casi confortable, casi agradable.

Los familiares que concurrían cada quince días a las visitas recorrían un camino que bordeaba la “pradera” donde pastaban animales, acercándose a un edificio de ladrillo rodeado de flores donde esperaban prolijas y sonrientes las detenidas.

¿Se percibía en esas visitas la lucha sorda que encerraban esas paredes?

Las disfrazadas denuncias que los familiares debían leer entrelíneas, ¿mostraban algo de ese intento de destrucción y esa resistencia?

– ¿Cómo era el parqué de la celda?

– Y… no sé, como de casa.

– Como de casa, ¿cómo? Forma cuadrados, espigas…

– Como de casa, en cuadrados.

Para Ana, que vive hoy en un apartamento del BHU (Banco Hipotecario del Uruguay), el parqué “de casa” es en cuadrados, pero para Graciela, que vive hoy en un apartamento antiguo, el parqué “de casa” es en espigas.

Ambas hicieron pasar su recuerdo por un concepto, “de casa”, pero ese concepto evoca en cada una realidades distintas.

La conceptualización aporta o interfiere en el proceso de la memoria que intenta reconstruir el espacio. Esta es una de las conclusiones preliminares a las que llega el trabajo de recolección de testimonios para lograr la reconstrucción virtual del Penal de Punta de Rieles.

La investigación propone la utilización de los últimos avances de la tecnología en computación gráfica e interactividad de alta resolución en la visualización de las memorias de las ex presas.

En un espacio donde se vivieron situaciones con una enorme carga emotiva, cada elemento arquitectónico, cada objeto, el color, la luz, la sombra, todo se carga de significado. Hay significados compartidos por el colectivo, pero otros dependen de quien testimonia, de su historia, de las asociaciones que se entrelazan, de la situación que enmarca la historia.

Hay quien no recuerda las rejas en las ventanas y quien no recuerda si alguna vez vio el cielo a través de ellas. Para algunas el campo circundante fue una bendición de verdes y amaneceres y para otras, solo una inacabable extensión de la cárcel.

La memoria es una construcción subjetiva.

Sobre esa base un grupo de ex presas políticas se encuentra abocado a la elaboración de un material audiovisual que reconstruya el espacio del Penal tal cual es recordado hoy por quienes allí vivieron a través del relato de situaciones pasadas entre esos muros.

Un trabajo que recree cómo fue vivido el espacio por las presas, que nos permita reflexionar acerca de cómo el espacio determinó condiciones de vida y cómo éstas determinaron – o no- respuestas, estrategias de resistencia.

Un material que permita entrar a aquel edificio a quienes tuvieron la suerte de no conocerlo o conocerlo por fuera, para tener al menos algunos «flashes» de lo que allí sucedió.

Que nos permita trascender la apariencia, para conocer los hechos.

“No los liquidamos cuando tuvimos la posibilidad y encima tendremos que largarlos. Debemos aprovechar el tiempo que nos queda para volverlos locos…” 1

Fieles a esta premisa los militares uruguayos organizaron sus cárceles para destruir.

En Punta de Rieles murieron compañeras por negligencia médica, otras fueron empujadas con saña hacia la locura, todas salimos con cicatrices.

Pero estamos acá, para contarlo.

 

Compartir