Evelin Muñoz
Elecciones de sorpresas: la gente fue a votar, la tendencia al descenso que agobia al FA, y la polémica salida de Carolina Cosse como precandidata, el boom de Sartori que no se expresó en urnas, la victoria de Talvi frente a la figura de Sanguinetti y la votación de Cabildo Abierto.
El 30 de junio se celebraron las elecciones internas en Uruguay cumpliendo con la primera etapa del sistema electoral consagrada por la reforma constitucional de 1996. En esta instancia fueron definidos los candidatos y la candidata presidenciables únicos por partido, de cara a las próximas elecciones nacionales del 27 de octubre de este año. Es importante destacar que estas elecciones son las únicas de carácter voluntario desde el establecimiento de la obligatoriedad del voto en 1971.
En términos generales, esta instancia nos mostró una reversión de la tendencia a la baja en la participación en las elecciones internas, ya que aumentó el número de votantes si consideramos las cifras de cinco años atrás.A nivel de partido, los resultados obtenidos coinciden con la mayoría de las proyecciones manejadas por las diferentes encuestadoras y los principales medios de comunicación. El Frente Amplio como partido sufrió una disminución del electorado, perdiendo cerca de 40 mil votos en comparación a 2014 (Touriño, 2019). El partido de gobierno confirmó la pre candidatura del Ing. Daniel Martínez, con el 42% de los votos del electorado frenteamplista, seguido por Carolina Cosse, quien obtuvo el 25%. El tercer lugar lo ocupó el precandidato Oscar Andrade, con el 23% de los votos, seguido por Mario Bergara, que obtuvo el 9% de los votos. No obstante, la definición del compañero/a de fórmula no fue tan sencilla como la definición del candidato único dentro del FA. Se esperaba que la Ing. Carolina Cosse fuera elegida para ocupar la candidatura a la vicepresidencia de la República, sin embargo, el ex intendente de Montevideo decidió, luego de varias reuniones con líderes del FA, presentar a Graciela Villar como compañera de fórmula. Un show mediático que tuvo cerca de una decena de nombres en juego (entre ellos Natalia Oreiro) y que, para muchos, fue la expresión de una izquierda que se radicaliza.
Al igual que el Frente Amplio, el Partido Nacional reafirmó la elección del senador Luis Lacalle Pou como candidato a las elecciones presidenciales con el 53% de los votos. Una de las sorpresas fue el porcentaje de votos que obtuvo Juan Sartori, quien recaudó solo el 20% de los votos dentro del electorado nacionalista (10 puntos por debajo de los resultados esperados) y que determinó una gran distancia entre éste y Lacalle Pou. La senadora nacionalista Verónica Alonso logró un buen desempeño en el caudal de votos junto a Juan Sartori, alcanzando el 90% de los votos en Canelones y cerca del 47% en Montevideo. Jorge Larrañaga por su parte, obtuvo el 17% de los votos, que según las estimaciones de la encuestadora Cifra, no estuvo alejada de la intención de voto esperada. Fue un resultado sorpresivo y angustiante para el nacionalista, quien luego de conocer los resultados de las elecciones señaló, en conferencia de prensa desde el búnker de la coalición, su incansable lucha y sacrificio por el partido que representa. En cuarto y quinto lugar aparecen Antía y Iafigliola con el 7 y 0,4% respectivamente.
El Partido Colorado, por su parte, sorprendió al otorgar al economista Ernesto Talvi una mayoría arrasadora (53,7 %) frente a la figura del ex presidente Julio María Sanguinetti, quien tuvo el 33% de los votos aproximadamente. Un hecho que hasta ahora nos permite hacer diferentes interpretaciones y plantearnos algunas interrogantes: el nuevo escenario, ¿se debe a una renovación o cambio de lealtades?; la reestructura de partido, ¿incluye el abandono de los principales actores? Otra de las hipótesis en torno a la derrota de Sanguinetti es la candidatura de Guido Manini Ríos y su capacidad de captar votos del electorado batllista. El candidato del Partido Cabildo Abierto fue la tercera sorpresa de las elecciones, con un caudal de casi 47 mil votos. Edgardo Novick, quien fue electo como candidato por el Partido de la Gente, arrasó con el 98% de los votos frente a su oponente de partido, Carotta, quien obtuvo el 1%.
Los resultados de esta etapa nos muestran las más variadas repercusiones. Algunas tienen que ver con la votación dentro de cada partido, las consecuencias a nivel estructural y con la configuración de las nuevas alianzas; otras, nos permiten soñar con una promesa de cambio. La salida de Carolina Cosse de la fórmula presidencial dentro del FA, tuvo múltiples repercusiones y generó numerosas opiniones. Para algunos fue una sorpresa tras la votación que obtuvo la candidata en las pasadas elecciones, para otros, forma parte de una estrategia política pensando en una competencia que se muestra compleja para el partido de gobierno de cara a las próximas elecciones de octubre, donde aparecen nuevas/s candidatas/os, figuras con un sorpresivo apoyo, el tema de la corrupción (el caso de ANCAP), la seguridad pública y la educación latentes en el debate, y una fragmentación del electorado.
Preparando el terreno para la paridad
Las elecciones de 2014 presentaron algunas novedades respecto a ciclos electorales anteriores en materia de la participación y representación política de las mujeres (Johnson, 2015:9). La senadora Constanza Moreira fue la primera mujer en postularse a la candidatura presidencial por el Frente Amplio. Al mismo tiempo, la tasa de mujeres electas al parlamento creció cerca de un 20%. Uruguay nunca ha tenido una mujer presidenta y esta característica es definida como una anomalía dentro de la región, donde la figura de la mujer está normalizada, como por ejemplo los casos de Brasil, Argentina, o Chile, que han elegido mujeres presidentas -Dilma Rouseff, Cristina Fernández y la chilena Michelle Bachelet respectivamente- y la costarricense Laura Chinchilla, a mujeres que han conseguido incorporarse en un mundo tradicionalmente de hombres. Estas candidaturas podrían ser consideradas muestras de una transformación política en la que las elecciones de mujeres equivalen a cambios y renovaciones dentro de los partidos y en el sistema político en general.
De acuerdo a una nota publicada en La Diaria, ONU Mujeres presentó los resultados de una encuesta de opinión pública encargada a Opción Consultores en 2018, de la que surge que una clara mayoría está de acuerdo con que aumente la presencia de mujeres en cargos políticos de poder, y se posiciona a favor de las leyes afirmativas para incrementar la participación de mujeres en el Parlamento. La encuesta indicó que los varones con mayor nivel educativo son quienes más se oponen a estas acciones afirmativas. El 85% de los hombres de nivel educativo bajo declaró estar de acuerdo con la ley de cuotas, sólo 46% de los que tenían mayor nivel educativo se pronunció a favor. En el caso de las mujeres, 87% de las consultadas con nivel educativo bajo estaba a favor de una ley de cuotas, y esa aprobación cayó a 66% entre las de nivel educativo alto. Precisamente, el 66% (dos tercios) de las personas entrevistadas consideró que debería haber más mujeres legisladoras y, en la misma línea, 55% contestó que tendría que haber más ministras.
¿Y por qué es importante la participación política de las mujeres?
El Informe de desarrollo humano del PNUD en 2002 aborda el tema de la participación política y la define como una dimensión relevante que debe ser considerada en el enfoque del desarrollo humano: “la libertad política y la participación en la vida de la propia comunidad son capacidades tan importantes para el desarrollo humano como poder leer y escribir o tener una buena salud” (PNUD 2002: 52).
Lo cierto es que, si bien Uruguay ha mostrado interés en avanzar en una perspectiva de género en espacios políticos o institucionales, resta mucho por hacer. Una de las resistencias más fuertes que enfrentamos es esa porción de personas con mayor nivel educativo que manifiestan no estar de acuerdo con la incorporación de la mujer a espacios políticos o de decisión. Estas cifras nos muestran algo muy preocupante: no solo no reconocen la problemática que enfrentamos las mujeres a diario, es decir, no reconocen la discriminación de género, sino que además se desentienden sobre las posibles medidas para solucionarla negando la paridad y las cuotas como mecanismos para contrarrestar esta desigualdad.
Referencias
Johnson, N. (Ed.); Delacoste, G.; Rocha, C. & Schenck, M. (2015). Renovación, paridad: horizontes aún lejanos para la representación política de las mujeres en las elecciones uruguayas 2014. Montevideo: UdelaR. FCS- Cotidiano Mujer.
Johnson, N. (2013). Mujeres en cifras: el acceso de las mujeres a espacios de poder en Uruguay. Montevideo: UdelaR. FCS-ICP- Cotidiano Mujer.
Una encuesta mostró clara mayoría favorable a que aumente la presencia de mujeres en cargos políticos (27 de noviembre del 2018). La Diaria.Recuperado de https://ladiaria.com.uy/articulo/2018/11/una-encuesta-mostro-clara-mayoria-favorable-a-que-aumente-la-presencia-de-mujeres-en-cargos-politicos/.
PNUD- United Nations Development Program (2002). Human development report 2002. Deepening democracy in a fragmented world. Nueva York: OUP- PNUD.
Touriño, R. (5 de Julio del 2019). Territorio Comanche. Semanario Brecha. Recuperado de https://brecha.com.uy/territorio-comanche/.
Vea todos los resultados de las elecciones internas 2019 (1 de Julio del 2019). Diario El País. Recuperado de https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/vea-todos-resultados-elecciones-internas.html.