Este artículo fue publicado en el Cuaderno Nº10 de Cotidiano Mujer, en 2014. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.
LC
¿Qué tienen en común el análisis de la candidatura de Constanza Moreira realizado por Niki Johnson, con las Jornadas Feministas celebradas en la Facultad de Ciencias Sociales y el lanzamiento de la campaña Mujeres a la Par?
Una de las principales transformaciones de las últimas décadas reside precisamente en el desplazamiento de los límites de “la política”. El activismo y la teoría feminista han sido protagonistas centrales de esta disputa. Las luchas sociales, los sujetos en movimiento han hecho desbordar “lo político” fuera de las estructuras y jerarquías formales (parlamento, organizmos gubernamentales) para agenda pública y amplía los debates políticos en calles, asambleas y comunidades. Pero ese desborde no alude exclusivamente al lugar del dede la política; el etnocentrismo, el patriarcado y la heteronormatividad subvierten la concepción liberal de la política desde la voz de nuevos actores y movimientos.
Es la clave feminista en los enfoques, lo que le da unidad a las acciones que marcan el trabajo de Cotidiano Mujer para este particular año electoral. Con el Área de Género de la Facultad de Ciencias Sociales tenemos un convenio de trabajo para realizar el monitoreo de las elecciones y mirar en particular el cumplimiento de la cuota en las listas electorales hacia octubre. Mujeres a la PAR es la campaña que pretende ayudar a construir una nueva legitimidad social y política que habilite la paridad entre hombres y mujeres en todos los espacios de decisión y es una iniciativa que compartimos con CNS y CIRE. Por último las Jornadas de debate feminista dieron voz a cientos de jóvenes mujeres y varones que buscan nuevas formas de análisis, incorporando las perspectivas teóricas del feminismo.
En todas estas iniciativas está en debate “la política”, sus fronteras y acepciones, que disputa y confronta las perspectivas restrictivas, racionalistas y liberales que saber y del poder.
Contra viento y marea, la paridad se impone como dimensión de calidad democrática. Se necesitan nuevas miradas de radicalidad democrática, para construir horizontes emancipadores.