Declaración del Encuentro de Mujeres de Montevideo

En el  Encuentro de Mujeres de Montevideo realizado el  26 de octubre 2013,  mujeres  diversas, provenientes de las organizaciones de mujeres y feministas, mujeres de los partidos políticos y de organizaciones  sociales, activistas por los derechos humanos, mujeres afrodescendientes, trabajadoras de  la cultura, ciudadanas, trabajadoras, participamos activamente, debatiendo y elaborando propuestas en el marco de cuatro ejes temáticos: autonomía política, autonomía económica, autonomía física y autonomía cultural.

Reafirmamos la autonomía como una dimensión  imprescindible en todas las esferas de la vida: para garantizar el pleno ejercicio de nuestros derechos en el espacio público como en el ámbito personal.

Avanzar hacia una agenda de igualdad de género  en nuestro país, implica garantizar la  autonomía económica de las mujeres tanto en  el control sobre los bienes materiales y los recursos intelectuales, como  en su  capacidad de decidir sobre los ingresos y los activos familiares. La autonomía física es un  requisito indispensable para superar las barreras que existen en el ejercicio de la sexualidad, la integridad física de las mujeres y la reproducción, así como la autonomía política  requiere la representación paritaria en los espacios de toma de decisiones. Avanzar hacia una agenda de equidad requiere también considerar otros factores que potencian las múltiples discriminaciones que afectan a las mujeres, entre ellos se encuentran: la edad, la identidad étnico-racial, la diversidad sexual,  la clase social a la que pertenecen.

Las mujeres uruguayas  hemos sido y somos activas  protagonistas de los cambios culturales, políticos, económicos y sociales que se han dado en nuestro país, pero también sistemáticamente hemos sido excluidas de los lugares de poder, dónde se definen los aspectos centrales de la política del país. 

La participación de las mujeres está limitada fundamentalmente por la permanencia de una sociedad patriarcal  que se sustenta en la división sexual del trabajo y continúa depositando en las mujeres la mayor parte de la carga de los cuidados familiares,  ejerce  el control sobre   sus cuerpos,  perpetúa la brecha salarial que hace que las mujeres ganemos menos que los hombres por igual trabajo y  que la violencia machista asesine impunemente a mujeres y niñas, vulnerando sistemáticamente sus derechos. También los medios de comunicación masivos y el propio sistema educativo son, en muchas ocasiones,  cómplices en la permanencia de estos valores patriarcales y estereotipos de género discriminatorios. En este sentido las mujeres, en forma organizada, deberíamos no sólo actuar como monitoreadoras de los contenidos transmitidos por el sistema educativo y los medios de comunicación, sino como productoras de nuestros propios mensajes, contenidos y procesos de construcción de nuevos significados y re-significación de las ideas y valores que atraviesan nuestra sociedad.

Apoyar mujeres en los ámbitos de representación política que incorporen la agenda de género no sólo en el discurso sino en el conjunto de sus prácticas,  constituye un desafío de este momento, promover liderazgos inclusivos y democráticos que se comprometan a impulsar políticas que aumenten la calidad de vida de las personas y particularmente de las mujeres que son las más discriminadas, es una demanda de las mujeres organizadas y un derecho ciudadano.

Esta ley mezquina que fue la que finalmente se aprobó en el 2009, y que regirá por única vez en las elecciones nacionales y departamentales del 2014 y  2015, no es lo que aspiramos,  pero es lo que tenemos y lo que queremos cambiar, ampliar su aplicación y avanzar hacia la paridad es la meta.

Que haya más mujeres en política, que la participación sea un derechos todas y no una excepción para algunas no es un tema de cantidad sino de la calidad de la democracia a la que aspiramos los y las uruguayas que defendemos la agenda de la igualdad y la justicia de género.

Las mujeres uruguayas reunidas en el Encuentro de Mujeres de Montevideo, exigimos y nos comprometemos a:

  • Como mujeres, tanto a nivel colectivo como individual, a continuar luchando por la construcción de una sociedad más justa y equitativa, a través de acciones cotidianas que promuevan nuestra autonomía y autogestión, asumiendo que las transformaciones culturales, económicas y políticas hacia la transformación social a las cual aspiramos, deben partir de nuestra iniciativa y deben ser llevadas a cabo principalmente por nosotras mismas.
  • Revisar y armonizar la legislación nacional en materia de violencia hacia las mujeres y de género. Facilitar el acceso a la Justicia con garantías para la no revictimización. Reclamar un juicio justo y acorde a los estándares internacionales de Delitos de Lesa Humanidad para las mujeres víctimas de la dictadura. Dar cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado uruguayo ante el sistema internacional de Derechos Humanos, con énfasis en la demanda de incorporar en el Código Penal los delitos sexuales perpetrados contra mujeres y niñas.  
  • Exigir la ampliación de la aplicación de la Ley de Cuotas, más allá del 2014 y 2015, de acuerdo a los compromisos suscriptos por el gobierno en esta materia (CEDAW (1979), IV Conferencia Mundial sobre la Mujer Beijing (1995), Consenso de Quito (2007)) y avanzar hacia una democracia paritaria que garantice el pleno reconocimiento y ejercicio de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de decisión y en todas las esferas del país.

Así como exigir la presencia de mujeres en la Suprema Corte de Justica. 

  • Reclamar la implementación del Sistema Nacional de Cuidados para generar un sistema de corresponsabilidad en las tareas de cuidados de personas dependientes o sino niñas, niños, personas discapacitadas, enfermos, adultos mayores como una política indispensable para el logro de la equidad entre varones y mujeres, para transformar la división sexual del trabajo,  que continua depositando en las mujeres la principal carga de los cuidados familiares y avanzar en el reconocimiento del derecho humano al cuidado. 
  • Vigilar el efectivo cumplimiento del derecho a decidir sobre su propio cuerpo a partir de la implementación y la calidad de los servicios de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Acordamos:

  • Realizar un Encuentro Feminista Nacional y constituir una Comisión Organizadora para su planificación.
  • Conformar un equipo de trabajo para diseñar una campaña de difusión y sensibilización  sobre los derechos de las mujeres, con contenidos culturales y artísticos propios. 
  • Establecer parámetros para la creación e implementación de un Observatorio de género para realizar un seguimiento de las desigualdades entre mujeres y hombres, de los resultados de las políticas públicas hacia la igualdad

 POR UNA DEMOCRACIA PARITARIA 

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