Fernán Gómez
¿Por qué el uso de píldoras anticonceptivas que afectan de diferentes formas la salud y la integridad física son usadas sin cuestionamiento por mujeres pero resultan un drama para muchos hombres? Es posible que haya cuestiones comerciales por detrás, pero no puede ser lo único, ya que al hablar de anticonceptivos estamos hablamos del control del cuerpo y la fertilidad y, asimismo, de un tema más complejo no siempre en consideración: la planificación familiar.
La pastilla anticonceptiva para hombres ya es casi una realidad para un grupo de investigadores de la Universidad de Washington de Seattle y de Los Angeles Biomedical Research Institute. Este anticonceptivo se llama 11-beta-MNTDC, está compuesto de progestina y testosterona modificada y durante su proceso de testeo en hombres sanos se encontraron problemas como acné, dolores de cabeza, disminución del deseo sexual, entre otros efectos secundarios. Según Christina Wang, investigadora principal, métodos anticonceptivos para hombres reversibles y totalmente seguros estarían listos dentro de diez años.
Ya en noviembre de 2016 se había llevado a cabo la creación de un método anticonceptivo para hombres pero éste fue rechazado porque el comité de seguridad consideraba que el número de efectos secundarios era muy alto. Tales efectos eran acné, cambios de humor y disminución del deseo sexual, efectos con los cuales muchas mujeres que usan píldoras están familiarizadas. Por lo tanto, tendremos que esperar mucho tiempo hasta que podamos ver píldoras anticonceptivas para hombres a la venta.
¿Por qué el uso de píldoras anticonceptivas que afectan de diferentes formas la salud y la integridad física son usadas sin cuestionamiento por mujeres pero resultan un drama para muchos hombres? Es posible que haya cuestiones comerciales por detrás, pero no puede ser lo único, ya que al hablar de anticonceptivos estamos hablamos del control del cuerpo y la fertilidad y, asimismo, de un tema más complejo no siempre en consideración: la planificación familiar.
Y la planificación familiar implica tener el poder de decidir sobre los cambios en el cuerpo y la fertilidad. Sin embargo, existe una gran cantidad de mujeres hoy en día que eligen no usar anticonceptivos a pesar que los desean y los necesitan. ¿Cuáles son los motivos de esta decisión?
La anticoncepción y las necesidades insatisfechas
Al leer los resultados de una investigación de Medicamentalia sobre el uso de métodos anticonceptivos, buscando información sobre el uso de los mismos, encontré algo sobre lo que nunca había leído antes. Del total de mujeres casadas o en pareja de 15 a 49 años, el 64% usa algún tipo de método anticonceptivo, mientras que un 24% no utiliza algún método anticonceptivo debido a que desean tener algún hijo. De todo este total, sin contar las proporciones mencionadas anteriormente, queda un 12% de mujeres casadas o en pareja que desean usar algún método anticonceptivo pero no tienen acceso al mismo, lo que quiere decir que hay una gran cantidad de mujeres en el mundo que no logra satisfacer sus deseos de anticoncepción, algo que atenta contra el derecho a tener control sobre su fertilidad.
Tal problema afecta a diferentes partes de la población mundial, pero hay una fuerte relación entre la renta general de los habitantes según sus países de residencia y las necesidades insatisfechas de las mujeres con respecto al acceso de métodos anticonceptivos. Diferentes limitantes causan estos problemas; las principales mencionadas son los efectos secundarios experimentados, la poca actividad sexual y la oposición hacia este tipo de métodos, ya sea esta oposición personal o impuesta.
Con respecto a los efectos secundarios, quienes indicaron esta como la razón principal mencionaron haber utilizado métodos en el pasado y experimentado alguno de estos efectos conocidos. En algunos casos, estos efectos secundarios muchas veces están acompañados de información errónea sobre cómo los anticonceptivos afectan la salud de las mujeres, lo que lleva a la creación de campañas con el objetivo de informar sobre los efectos reales, teniendo en cuenta que esta información ayudará a muchas mujeres a elegir los métodos que mejor se adapten a sus necesidades.
La limitante de oposición a métodos anticonceptivos resulta un problema grave, ya que afecta el derecho de muchas mujeres de tener control y autonomía sobre su cuerpo. Esta limitante muchas veces es cultural y quienes mencionan esta razón como principal por lo general nunca han hecho uso de algún método. Alguien no desea su uso y puede ser una persona externa (como un marido o familiar) o la propia mujer. En la mayoría de los casos la mujer se opone, a pesar de que les gustaría frenar o retrasar su maternidad, y esta oposición se desprende de razones religiosas, culturales o sociales. En el caso de la religión, muchas veces es el imán, el cura o el rabino quien convence a la mujer a no usar anticonceptivos. También son comunes los casos donde quienes están en contra son el marido, la suegra, el padre o incluso los servicios farmacéuticos.
Toda esto quiere decir que hay una gran cantidad de mujeres sin cumplir su derecho a planificar su reproducción según sus deseos. El uso de métodos anticonceptivos es un problema de salud, pero también de derechos, y por eso el no acceso a los mismos es un tema que debe ser tenido en cuenta desde una perspectiva de género.
Planificación familiar
Como explica el portal de la OMS, la planificación familiar consiste en permitir a las personas obtener el número deseado de hijos y determinar el espacio temporal que se encuentra entre los embarazos. Esto está totalmente ligado a métodos anticonceptivos, ya que la forma de lograr una planificación familiar adecuada es por medio del control de la fertilidad y la maternidad.
La planificación familiar es un derecho de todas las mujeres no siempre tenido en cuenta y su no cumplimiento puede tener resultados fatales. En 2012, 85 millones de embarazos alrededor de todo el mundo no fueron planificados, lo cual implica el 40% del total de los embarazos generados en ese año y muchos de ellos terminaron en abortos. Se estima además que se realizan alrededor de 25 millones de abortos inseguros al año en todo el mundo, lo cual implica un gran riesgo para las mujeres. Además, 830 mujeres mueren todos los días por causas relacionadas al embarazo y al parto. Todos estos problemas toman lugar mayoritariamente fuera de Estados Unidos y Europa, en los llamados países “no desarrollados”, y en estos países hay 214 millones de mujeres en edad reproductiva que quieren evitar embarazarse y no están haciendo uso de prácticas anticonceptivas modernas.
Por medio de la planificación familiar, se asegura la autonomía y el bienestar de las mujeres con respecto a la maternidad y se ayuda a limitar las familias al número de miembros que se quiera. Además, permite a mujeres tomar decisiones informadas y conscientes sobre su propia sexualidad y vida reproductiva, algo que también se extiende a la vida pública si tenemos en cuenta, por ejemplo, las embarazadas adolescentes, quienes muchas veces tienen que dejar su educación y sus ambiciones profesionales.
Al leer todo esto, un problema puede pasar desapercibido y es que, como lo demuestra la no salida al mercado de una píldora anticonceptiva para hombres, todo el peso de la planificación familiar termina recayendo sobre las mujeres, lo que quiere decir que son quienes toman la mayor parte de la responsabilidad y sufren las consecuencias de los problemas y dificultades que surjan en el camino. El peso fuerte que tiene la maternidad en nuestra sociedad y los mandatos de los roles de género explican parte del problema, dejando las tareas vinculadas a la familia y los cuidados a las mujeres. Esto hace necesaria una perspectiva de género a la hora de diseñar políticas ligadas a la reproducción y la salud sexual, algo que resulta más difícil de lo que parece en la práctica, como veremos a continuación.
Uruguay y las políticas de salud sexual y reproductiva
En la tesis de Licenciatura en Sociología de Matilde López Schwedt “Las políticas de salud sexual y reproductiva en el Uruguay, desde una perspectiva de equidad de género” se puede encontrar una trayectoria sobre las distintas políticas implementadas relacionadas a la planificación familiar, la sexualidad y la reproducción en nuestro país, y qué procesos culturales influenciaron a lo largo de esta trayectoria.
Según ella, el primer evento que marca esta trayectoria es la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo que tuvo lugar en El Cairo en 1994, la cual tuvo un peso internacional muy fuerte en las políticas públicas de sexualidad y reproducción. En esta conferencia se crea una visión sobre la salud sexual y reproductiva que parte desde una perspectiva de derechos que exige a los Estados participantes (entre ellos el Estado uruguayo) un cambio en la forma en que se diseñan ciertas políticas.
A pesar de que en 1990 comienzan a realizarse las primeras iniciativas legales vinculadas a la salud sexual y la reproducción, fue recién en 1996 cuando llegan los primeros programas de salud reproductiva que daban servicios de anticoncepción a la población uruguaya, a pesar de que estos sólo eran dados a personas en extrema pobreza. Sin embargo, en 2001 se crea el Programa SIM que brinda métodos anticonceptivos para toda la población en el departamento de Montevideo, algo que demuestra un trato distinto, más inclusivo por parte del Estado hacia esta problemática.
Pero fue en 2005 donde se dieron los mayores cambios con respecto a políticas de uso de anticonceptivos. Con el gobierno del Frente Amplio se comenzaron a realizar cambios en el sistema de salud uruguayo creándose el Sistema Nacional Integrado de Salud. Este sistema abarca tanto las instituciones públicas de salud como las privadas y logra fortalecer los servicios de red de atención primaria, crear programas a nivel nacional y centros de atención descentralizados a lo largo de todo el país. Al mismo tiempo, los programas del sistema empiezan a estar en coordinación con los del Ministerio de Salud Pública.
También se crea la ley 18.426 de los Derechos sexuales y reproductivos, responsabilizando al Estado de llevar a cabo políticas nacionales vinculadas a la sexualidad y la reproducción, lo que le da una mayor jerarquía a estas problemáticas en la agenda política. Esta ley tiene como objetivo universalizar el primer nivel de atención de salud sexual y reproductiva, garantizar una confidencialidad y privacidad en las prestaciones de servicios e incorporar una perspectiva de género en las políticas. Con esta ley se logra garantizar un acceso universal a varios métodos anticonceptivos. Al mismo tiempo, se introduce el derecho de la mujer a la interrupción del embarazo durante las primeras doce semanas y sólo si implica un riesgo de vida para la salud de la mujer. Estos capítulos de la ley fueron vetados por el Presidente Tabaré Vázquez.
Desde 1990 a 2005, hubo grandes y rápidos avances con respecto al acceso a métodos anticonceptivos y la planificación familiar en nuestro país. Un mayor acceso a métodos anticonceptivos hace que menos mujeres tengan necesidades insatisfechas respecto al uso de anticonceptivos, lo que implica un progreso en materia de derechos. Sin embargo, la anticoncepción sigue siendo una tarea que recae sobre las mujeres, por lo que se necesitaría que las políticas tomaran otra dirección, buscando generar una sociedad más equitativa con respecto a la planificación familiar.
Conclusiones
Por mucho tiempo, las píldoras anticonceptivas fueron usadas sólo por mujeres. Sin embargo, hoy en día muchas mujeres en los países del primer mundo están dejando de usarlas y acercándose a nuevos métodos anticonceptivos. Este hecho, sumado a los intentos de creación de píldoras para hombres en los últimos tiempos, demuestra que es posible que en un futuro el uso de estas sea responsabilidad tanto de mujeres como de hombres. También hay que recordar que estos cambios tienen que estar acompañados de políticas sociales que fomenten una responsabilidad compartida en la planificación familiar, algo que en Uruguay debería comenzar a hacerse.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en realidad estos cambios se están dando sobre todo en Europa y Estados Unidos, mientras que en el resto del mundo todavía hay una gran cantidad de mujeres que no tienen acceso a anticonceptivos y sufren las consecuencias de esto. Esto quiere decir que aún hay mucho trabajo por hacer, trabajo que debe ser llevado a cabo desde una perspectiva que busque la autonomía e independencia de las mujeres y fomente el total control de las decisiones sobre sus cuerpos.
Escuchá el programa de radio aquí: Ni Más Ni Menos 2019 #15 Anticonceptivos para ellos
Bibliografía
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-Romero, S. (s/f). Los 10 efectos secundarios más comunes de las pastillas anticonceptivas. Muy interesante. Artículo en: