Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº34, en 2001. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.
En el Bulevar de los Sueños Rotos vive una dama de poncho rojo, pelo de plata, carne morena, se escapó de una cárcel de amor, de un delirio de alcohol, de mil noches en vela…es que las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas…
Y así fue en Montevideo, el 15 de marzo pasado cuando un público sin piedad le impedía despedirse después de hora y media de cantar y cantar y de reír y llorar.
Una mujer bajita de 82 años, sin pintura, sin producirse, con un poncho hasta el suelo seducía con la sensualidad de su voz, con la ritualidad de sus gestos, con el desparpajo con el que se mueve en el escenario. Y también con la valentía de su vida.
Aquél amor que marchitó mi vida, aquél amor que fue mi perdición… pasaba del susurro a la voz de «rayo de luna llena» y la gente reía como llora Chavela…No quiero ni volver a oír tu nombre, no quiero ni saber adonde vas y la gente reía como llora Chavela…aquella noche, aquella negra noche de mi mal…
Arrancó con una Macorina recitada en el silencio y la expectativa, era la primera canción de la noche. Y se despidió con Volver, volver, volver… a tus brazos otra vez… asegurando que ese Montevideo desconocido estaría ahora en su ruta.
Se sintió querida y se rindió al homenaje que iba más allá de su música. Para que eso sucediera puso en escena todo, no nos escatimó nada y eso con amor se paga.
¡No te mueras nunca, diosa! le gritó una voz masculina desde la platea. Y ella lo prometió.
E.F.
– Le preguntaron hace poco si quería contar su vida y que le pagarían un millón de dólares…
C.V.- dije que no …porque hay gente de la que tengo que hablar y a la que no les gustaría, y por pura cortesía y respeto mutuo aguantarían el paquete. Pero yo no puedo decir quien me quiso. Uno tiene que agradecer que lo quieran y no exhibirlo en una revista, no…los amores son cosa privada. (entrevista de Diego Barnabé, El Espectador,14.03.01)
Todo me lo dio México, me hizo fuerte. Para aguantar como soy tengo que ser mucha mujer.(…) México no me acunó en sus brazos para decirme: Linda, te voy a enseñar a cantarle a la luna. No. Mídete con los grandes.Si sirves, bien, sino te largas. Y me enseñó a ir con quien me quiere …(entrevista de Fernando Noy en Planeta Urbano, Set. 2000).
¿De dónde saca tanta pasión, tanto deseo, de dónde viene?
C.V. Eso no es parte mía, eso yo considero que es de un poco más allá, una cosa como cósmica, una energía extraña que viene hacia mí…porque no es posible que yo aguante tanto un concierto y que un muchacho joven lo hace en una hora y con bailarinas ayudándole y coro y yo sola. Y no canto en bikini, ni en nada de eso… (Cotidiano Mujer, en la Conferencia de Prensa, 13.03.01)