La antropóloga Ana Cofiño, integrante de la organización guatemalteca La Cuerda, participó en una Tertulia realizada Montevideo por Cotidiano Mujer, contándonos sobre el libro «Nosotras, las de la Historia. Mujeres en Guatemala (siglos XIX-XXI)», de reciente edición:
Desde 1998 se publica mensualmente La Cuerda, publicación feminista. Nos hemos sostenido a lo largo de 15 años con un tiraje de 20.000 ejemplares que se distribuyen a través de organizaciones y mujeres individuales por todo el país. No es solamente la publicación, es una asociación político feminista, y como tal es irredenta e irreverente. Tenemos en La Cuerda un programa que se llama articulación política que trata de establecer vínculos, alianzas, fortalecer al movimiento para constituirnos en un sujeto político capaz de presentarle a la sociedad guatemalteca una alternativa de sociedad. ¡Somos muy ambiciosas¡
Desde 2007 impulsamos un proceso para elaborar una plataforma que lleve a la realidad ese sueño por el que mi generación luchó durante años en Guatemala: que haya justicia, pues no la hay. El país tiene los índices más altos de feminicidio. Si ciudad Juárez ha impresionado al mundo, pues Guatemala es impresionante también. Una sale a la calle de mañana y no sabe si va a regresar, o regresar completa. No estamos en una posición de victimizarnos, sino de reivindicar nuestros derechos y nuestras libertades. Hay grupos de mujeres que reclaman el derecho de salir de noche, porque allá es una trangresión, además de poner en riesgo tu vida. En Uruguay, ustedes ni piensan eso. Las distancias entre la democracia guatemalteca y la uruguaya, son grandes.
En este proceso de elaborar una plataforma politica detectamos la necesidad muy clara de dotarnos de una historia propia. Porque la historia había sido escrita por los blancos, criollos, descendientes de españoles, católicos, desde una visión muy clasista. El pueblo indígena, aunque ha sido siempre muy oprimido, por lo menos logró defender su cultura, sus costumbres y sus idiomas. Guatemala tiene 22 idiomas diferentes en un territorio pequeño. Es una situación compleja.
Una historia propia
En este proceso de elaborar una plataforma politica detectamos la necesidad muy clara de dotarnos de una historia propia. Porque la historia había sido escrita por los blancos, criollos, descendientes de españoles, católicos, desde una visión muy clasista.
Quien ocupaba el cargo de secretaria presidencial de la mujer, aunque no el instituto de la mujer que hubiéramos querido, era feminista y fue una feliz coincidencia. Desde ese espacio consiguió los recursos para que La Cuerda se hiciera cargo de publicar un libro sobre nuestra historia. Fue un primer intento de hacer un libro sobre la historia de las mujeres en Guatemala, porque no había nada. Solamente un libro de texto realizado por una escritora guatemalteca, pero nada más. Las mujeres no existíamos, o sólo éramos las madres, o las esposas o hijas de alguien.
Ya hace unos años, como movimiento feminista, habíamos realizado retratos de las ancestras, los que llevábamos a las manifestaciones y a todos lados. Retratos de mujeres que han estado en la lucha, que han sufrido horrores, que han tenido que sobrepasar dificultades y opresión. Pero esa actividad nos dio mucha fortaleza
Luego, se hizo este convenio entre el estado y La Cuerda de hacer un libro de historia desde la perspectiva feminista, lo que ya fue un triunfo. No iba a ser un libro de historia normal, cronológico, porque no vemos a la historia de forma lineal. Queríamos visibilizar a las multitudes, a las mujeres que han estado luchando y manteniendo la vida en Guatemala. Rescatamos también a algunas de las dirigentes, a algunas de las mujeres paradigmáticas. Pero no hicimos una línea en el tiempo sino que comenzamos a preguntarnos: ¿dónde han estado negadas las mujeres? En el trabajo, en el matrimonio, en la sexualidad, en producción cultural, en las ciencias, en el deporte.
Finalmente, completamos el libro en nueve meses. Dio mucho trabajo buscar la información, hubo que buscar en los cajones de las abuelas y en lo que hubiera. Hicimos una buena combinación, con textos que compañeras investigadoras feministas ya habían trabajado. También accedimos al archivo general de Centroamérica que tiene toda la documentación colonial de la región. Comenzamos con lo que ya había y lo estructuramos. Pero en el camino había que llenar hoyos y lagunas. Por ejemplo, sobre las maquilas o la recolección del café. Fuimos entonces armando el libro en base a las áreas donde las mujeres hemos estado y seguimos estando.
Como somos muy ambiciosas, queríamos que estuviera todo, como tienen las inglesas, las francesas y las españolas: ¡cinco tomos, por lo menos! Pero eso lo haremos más adelante. Por ahora hemos publicado «Nosotras, las de la Historia», que es una puerta de entrada, un libro sobre el que se pueden trabajar temas, se puede profundizar.
Hay una sección sobre sexualidades, en la parte central del libro. Abordar este tema en Guatemala no es sencillo, es radical y revolucionario. Al tratar de cubrir todo lo que desábamos, nos dimos cuenta que que no entraba, por lo cual decidimos utilizar bastante los pies de fotos. Fue entonces tres libros en uno, porque tiene los textos, las imágenes y los pies de fotos.
Tengamos en cuenta que la mayoría de la población de Guatemala es indígena, monolingüe y analfabeta. Las imágenes suplen esta carencia. El libro no es ni académico ni periodístico, porque quisimos que fuera accesible. Estos son problemas que cotidianamente nos toca resolver también en La Cuerda: aunque venimos de la academia, debemos hablar en un lenguaje entendible, porque a nuestra publicación la leen taxistas, lustradores, mujeres del campo, de las áreas urbanas, etc. Por eso intentamos hacer un trabajo que se pueda leer con facilidad.
Tanto en el periódico que publicamos, como en este libro, buscamos una estética feminista. No se si esa estética existe, pero nosotras así alucinamos. Porque lo que intentamos es transmitir un planteamiento político que se vea diferente.
El libro salió en Noviembre de 2011, unos días después que supimos la nefasta noticia de que Otto Perez Molina, general retirado, había ganado las elecciones presidenciales. Yo me agarraba al libro como un escudo, porque ustedes no imaginan el peso simbólico que tiene para nosotras que ese hombre sea presidente. No hay manera de expresar la indignación, frustración e impotencia que sentimos al ver que quien estuvo en la provincia de Quiché matando gente sea ahora el presidente de Guatemala.
Para las mujeres este libro no es solamente un instrumento para recuperar la historia, sino que también nos propusimos hacerlo de una forma que nos merecíamos. Merecíamos un libro lujoso. Las mujeres del campo no pueden leer un periódico porque ni tienen dinero ni llegan los periódicos al campo. Entonces, que esas mujeres salieran con ese librote bajo el brazo ya era un gran logro.
Creemos que estamos en un período donde hemos salido de la victimización, en un proceso de transformación profunda. Ya no hablamos de «periodismo con enfoque de género», hablamos de «comunicación para la emancipación». El libro es una de las herramientas. Montevideo, 12 de Noviembre de 2012.
Fuente: Sendasal
{loadposition redessociales}