El expresidente colorado Julio María Sanguinetti se pronunció en contra del referéndum por el que se busca derogar la ley que despenalizó el aborto antes de las 12 semanas de gestación, por cuanto a su juicio la consulta popular pone a Uruguay «en un escenario bipolar, en blanco y negro».
«Desde una perspectiva liberal, entendemos que así como el Estado no puede imponer abortos, tampoco se puede imponer una concepción moral controvertida a la generalidad del país», opina Sanguinetti, que fue presidente en dos períodos: entre 1985 y 1990 y entre 1995 y 2000.
Tras una campaña de recolección de firmas de varios meses, impulsada por el Partido Nacional pero apoyada por algunos sectores colorados, la Corte Electoral confirmó el mes pasado que el 23 de junio se realizará una instancia electoral no obligatoria en la que la ciudadanía deberá decidir si desea someter a referéndum la ley que despenalizó el aborto antes de las primeras 12 semanas de gestación.
Si en esa instancia se llega a los votos necesarios, la consulta popular definitiva, que sí será obligatoria, se realizará en octubre. Para eso, el 23 de junio se necesitarán 655.193 votos, lo que representa el 25% del padrón electoral nacional.
«Nuevamente se ha puesto al país, en blanco y negro, ante el dilema de la despenalización del aborto o su estigmatización y condena penal», analiza Sanguinetti en un artículo que lleva su firma y que se publica en el semanario Correo de los Viernes, vocero oficial del Foro Batllista.
«Quienes creemos que es profundamente injusto condenar como delincuente a una mujer que interrumpe un embarazo no querido, asumimos que el aborto es un fracaso, una situación penosa, pero nunca un delito. Por eso, pese a que la actual ley despenalizadora nos merece algunas críticas, la vemos como un avance de nuestra vieja legislación, que castigaba con la prisión a quien abortaba y a quien hubiera asistido a la mujer en ese procedimiento», señala el expresidente colorado.
Por eso, a juicio de Sanguinetti, es «negativo en estas circunstancias» promover un referéndum sobre el tema «que se lanza contra viento y marea, no como una consulta serena sino como una campaña tremendista, con argumentos irrespetuosos para quienes no piensan como sus patrocinantes».
«A nuestro juicio, la interrupción del embarazo dentro de sus primeras 12 semanas no es delito ni es tampoco un hecho inmoral, en la medida que la madre carece de la voluntad de llegar a la maternidad. No es algo deseable pero tampoco inmoral. Por supuesto, entendemos que haya otras concepciones éticas, pero nuestra moral laica, fundada en la filosofía liberal, asume este hecho dentro del ámbito de la libertad de conciencia de cada uno», sostiene el exmandatario.
Sanguinetti rechaza el argumento planteado por los promotores del referéndum que plantean que el aborto es un homicidio. «Que hay una expresión de vida, no hay duda. Que nos encontramos con una persona, ya titular de derechos y obligaciones, no. Antes de las 12 semanas hay un feto pero no una persona humana», dice.
«Esa moral laica -agregó el expresidente- es la que, a lo largo de dos siglos, ha logrado emancipar a la mujer de un matrimonio concebido como esclavitud, le ha reconocido sus derechos políticos y civiles, le ha dado la posibilidad de disolver un vínculo conyugal o de requerir una investigación de paternidad en caso de su negación. Esa misma moral es la que levanta la maternidad como un hecho de la mayor relevancia, que no puede asumirse sin voluntad ni afecto».
En este tema se da la paradoja de que el expresidente Tabaré Vázquez está en contra del aborto, enfrentado a la posición del Frente Amplio. Y Sanguinetti a favor pese a que los colorados no votaron la ley.
Fuente: El País