Una vez más el presidente se equivoca sobre la condición de la mujer en la sociedad. En su discurso durante el cierre de la Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en Chile, el mandatario uruguayo volvió a mostrar su pensamiento machista que entiende que la mujer debe estar en su casa, dedicada integralmente a los hijos.
«La enseñanza empieza en el útero (…). Nunca se nos ocurrió jubilar a la mujer que tiene tres, cuatro hijos y atiende a tres, cuatro hijos y resaltarlo como la cosa más importante que hay arriba del planeta: la enorme función de ser madre y de estar comprometida con eso», dijo Mujica a sus pares latinoamericanos.
Tal afirmación (a partir de los 7’30» del video) va a contramano de las iniciativas de su propio gobierno que promueven la igualdad en la división sexual del trabajo en los hogares y de pensar un sistema nacional de cuidados justamente para que las mujeres puedan romper con los ciclos, perpetuados durante siglos, de su doble o triple jornada de trabajo, la mayoría de las veces no remunerado.
Entendemos que la intención de Mujica puede haber sido la de proponer una reflexión acerca del exceso de horas de trabajo de la mujer. Sin embargo, «jubilarlas» se contradice con las políticas públicas, los proyectos, los estudios y las campañas focalizadas en el empoderamiento de las mujeres. La educación de los niños también depende del padre, pero éste sigue con licencias de paternidad insuficientes, lo que sobrecarga a la madre con la tarea de los cuidados.
Es inaudito que tras 50 años de conquistar el derecho a decidir cuándo ser madres gracias a la planificación familiar y a los anticonceptivos y precisamente luego de aprobar y aplicar la ley de interrupción voluntaria del embarazo en Uruguay, nuestro presidente salga a decir que «la enorme función de ser madre y de estar comprometida con eso» es la cosa más importante del mundo.
Cotidiano Mujer
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