Nº 4 – setiembre 2012 – Diversidad sexual

AMA A TU PRÓJIMA 

¿Qué hacen las lesbianas en la cama? Así titulamos un artículo publicado en Cotidiano Mujer (II Época, No 2, 1991). Hace 21 años también usamos esa pregunta para publicitar la edición en las dos o tres radios que pudimos pagar. Fue la única vez que vendimos casi todos los números. 

Haciéndonos eco de un folleto del colectivo feminista de lesbianas de San Pablo, de “Nosotras, que nos queremos tanto” (el Colectivo de Madrid), de entrevistas de lesbianas publicadas en Buenos Aires, etc., fuimos armando siete páginas que querían contribuir a romper el silencio imperante sobre el tema: esporádicamente aparecían en los medios de comunicación artículos sobre la homosexualidad masculina, pero casi nunca sobre la femenina. Como ahora, incluso en este mismo número 21 años después, falta que las mujeres escriban desde la óptica de las mujeres que aman a las mujeres. 

Así que a la pregunta ¿qué hacen las lesbianas en la cama?, para safisfacer el morbo oriental contestamos: “Las lesbianas hacen muchas cosas en la cama: dormir, leer, mirar la televisión, hacer gimnasia, etc. En cuanto al aspecto sexual que la palabra cama sugiere, las lesbianas usan la imaginación porque son mujeres y conocen bien el cuerpo de las mujeres… Mucha gente cree que las lesbianas sólo piensan en el sexo, pero no es solamente ese aspecto el que debe ser resaltado. Elegimos a las mujeres como a las personas más importantes de nuestras vidas: como aliadas, compañeras y amantes. Una mujer puede comenzar a ser lesbiana en cualquier momento de su vida. Nunca es demasiado tarde para eso.” 

¿ES POSIBLE CURAR A UNA LESBIANA? 

Ahora mismo en Ecuador se acaban de clausurar 30 clínicas que consideraban la homosexualidad femenina y masculina como una enfermedad, por lo que ofrecían una “posible” cura que en varios casos incluía la violación como terapia. Ante la denuncia que hicieran los colectivos homosexuales, la justicia intervino, pero podrían existir alrededor de 200 centros más de este tipo. 

En nuestro país, pese a algunos trogloditas y a la jerarquía de la iglesia católica, se ha logrado que las leyes acompañen cada vez más el derecho de cada uno a elegir a quién amar y con quién vivir. Todavía falta mucho, pero ya no es impensable que como sociedad nos esté llegando el tiempo en que nadie haga preguntas tan idiotas como esas: ¿Es posible curar a una lesbiana? Depende de la enfermedad, si lo que tiene es gripe, aconsejamos té de limón y unas aspirinas. 

Lucy Garrido 

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