De víctimas a resistentes

Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº42, en 2004. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

Yanar Mohammed es activista por un estado iraqui secular en el que los derechos de las mujeres sean respetados y edita el periódico Al Mousawat (Igualdad). En el marco del VI Foro Social Mundial (Caracas 2006), la Campaña contra los fundamentalismos que impulsa la Articulación Feminista Marcosur la invitó a dar su testimonio en la conferencia “De víctimas a resistentes. Tu boca fundamental contra los fundamentalismos”.

Me gusta el eslogan de esta campaña porque mi boca “es fundamental contra los fundamentalismos”. En Iraq, el único apoyo para las mujeres son nuestras bocas, entonces vamos a los medios y hablamos en lugares donde millones de personas nos escuchan y expresamos que no somos un tema de negociación: nuestros derechos a la vida y a la libertad son fundamentales. Todo el mundo piensa que en Iraq las mujeres hemos sido sometidas toda nuestra vida(…) y que en la sociedad sólo hay hombres líderes. Pero aquí estamos, para decir que esto no es verdad. Estas fueron las palabras iniciales de la intervención de Yanar Mohammed en el Foro. A los 46 años y con una formación laica, hoy es internacionalmente conocida por su activismo en contra de la ocupación estadounidense y la visión feminista que orienta sus pasos.

Existen muchos motivos para ser feminista, especialmente si una nació en Iraq, en el Medio Oriente, y en una época en la que las mujeres hemos perdido gradualmente nuestros derechos. Recuerdo que mi madre solía usar minifalda, se enamoró de mi padre y se casó porque así lo eligió, tuvo una educación completa. Incluso yo me gradué recibiendo una educación gratuita, terminé Arquitectura en la Universidad, cursé un Master y pude trabajar inmediatamente, como la mayoría de las mujeres iraquíes –en los 70 y los 80 el 40% de la fuerza laboral eran mujeres-. Por lo tanto hace 30 años las mujeres tenían independencia económica, y esto se reflejaba en nuestros derechos, en nuestras luchas, en nuestras apariciones y movilizaciones en las calles. Pero luego notamos que hacia fines de los 80, durante los 90, y especialmente después de la guerra estadounidense contra Iraq, todos esos logros se perdieron y fuimos empujadas al lugar de seres inferiores de la sociedad, recluidas en lo doméstico. Los fundamentalistas están tratando de someternos a una situación terrible donde las mujeres somos meras sirvientas carentes de toda clase de derechos, de capacidad de elección en nuestras vidas, de gozar de libertades sociales o políticas.

En 1993, en una de las oleadas emigratorias causadas por la guerra, Yanar se fue de Iraq con su hijo de cuatro años. Se radicó en Canadá y comenzó a trabajar en diversos movimientos por la paz, esperando regresar al país una vez finalizada la guerra. En junio de 2003 me reuní en Bagdad con dos compañeras y escribimos la declaración fundacional de OWFI (Organización por la Liberación de las Mujeres en Irak) que contiene todos nuestros reclamos, siendo el principal la igualdad entre hombres y mujeres sólo posible con un gobierno laico e igualitario. Cuando los estadounidenses preparaban los ataques, sentimos que iban a apoyar fuerzas fundamentalistas de grupos patriarcales nacionalistas y tribales, todos ellos enemigos de las libertades de las mujeres. OWFI es un grupo de mujeres progresistas que entendemos que debemos estar en Iraq listas para los cambios y constituir un frente de resistencia visible, una voz feminista que impida que ellos cambien nuestra realidad pretendiendo frente al mundo entero que esa es nuestra cultura, y que las mujeres lo aceptamos cuando en realidad la gran mayoría no lo hacemos. OWFI sería como una segunda oleada feminista en Iraq, porque habíamos tenido una primera oleada feminista a fines de los 50 que había mejorado nuestra situación, nos dio algunos derechos y nos permitió realizar algunas correcciones a las leyes vigentes. Yo aún no había nacido pero cuando hablo de ello lo hago en nombre de la eterna mujer que lucha por sus derechos. Y no vino de la nada, hubo un movimiento progresivo, principalmente del socialismo que fue el que impulsó estos cambios.

En Caracas y luego de la conferencia, Yanar conversó sobre su activismo feminista y el futuro de Iraq

Entrevista de Cecilia Gordano

– ¿Qué actividades han realizado desde la fundación?

– Nuestra primera campaña visible fue en agosto de 2003. Organizamos una pequeña manifestación en la plaza Al Fardawse (Bagdad), donde logramos convocar a varias mujeres y a muchos medios locales e internacionales. Allí exigimos el fin del tráfico de mujeres, de los secuestros, los asesinatos y las violaciones. Según nuestras estimaciones en el 2003, durante unos pocos meses de ocupación, ya 400 mujeres habían sufrido alguno de estos ataques, incluso fuera del país, y nunca se supo más de ellas. Hoy esa cifra podría ascender a 1000 mujeres. También concentramos nuestros esfuerzos en denunciar la opresión de las mujeres y los asesinatos por honor. Son prácticas horribles de muchas sociedades árabes, en las que el honor de la tribu o la familia es más importante que la vida de las mujeres. Si alguna se involucra en una relación que no cuadra en ese sistema de “honor”, los hombres de la tribu deciden matarla. Esto es un motivo diario de muerte de nuestras mujeres, sin que se considere una violación a los derechos humanos.

– ¿Qué papel juega el gobierno en todo esto?

– En el Código Penal hay un artículo que no sólo lo permite sino que lo apoya. Si un hombre mata a una mujer por cuestiones de honor no sólo se lo deja libre sino que se lo respeta. Si bien muchos artículos han cambiado desde la ocupación, éste aún persiste. Aunque intentemos ayudar a las mujeres en peligro, muy pocas veces llegamos a tiempo porque tienen el cuchillo sobre el cuello y es cuestión de días u horas para que las maten. OWFI abrió dos refugios para esos casos, lo anunciamos en la radio y en nuestro periódico Al Mousawat.

– ¿Qué peligros corren al realizar estas acciones en Iraq?

– Algunos nos afectan individualmente como activistas. A fines de 2003 y principios de 2004, la resolución 137 del consejo de gobierno iraquí trató de hacer de la Sharia1 la fuente de toda legislación. Hablé en la televisión contra esta iniciativa de los islamistas y al día siguiente recibí una amenaza por email diciendo que me matarían en pocos días si no dejaba de hablar de forma “perversa” –así lo llamaron- sobre las mujeres. Dos meses después, próximo al Día Internacional de las Mujeres, me enviaron otro email hablando de una explosión dirigida a mí y a las “prostitutas” de mi alrededor, en caso de que nos juntáramos o hiciéramos declaraciones.

– ¿Te tomaste esas amenazas en serio?

– Claro que me lo tomé en serio. Las amenazas fueron escritas en un lenguaje que revelaba que su autor había leído bien el Corán y citaba sus versos. Por lo tanto concluí que se trataba de un fundamentalista islámico que estaba hablando muy en serio. Debí esconderme un tiempo, faltar a la oficina por dos o tres semanas. Unas amigas me regalaron un chaleco anti bala que usé durante un tiempo. Pero luego decidí continuar organizando la reunión para el 8 de marzo y de hecho logramos reunir aproximadamente a 1000 mujeres en la plaza, con carteles que decían “Sí a una Constitución laica”, “Sí a la igualdad entre hombres y mujeres”. Mientras yo hablaba en público nuestros amigos progresistas se ocuparon de la seguridad.

– Hablemos ahora del Foro. ¿Por qué aceptaste la invitación de la Articulación Feminista Marcosur (AFM) para asistir?

– Hubo dos motivos: primero, como grupo de mujeres con una visión socialista y progresista, nunca tuvimos la oportunidad de participar en ningún Foro Social Mundial. Por lo tanto era muy interesante asistir a este espacio en el cual hablar públicamente sobre nuestras preocupaciones sin que se nos acuse por nuestra posición de izquierda. La segunda razón fue la forma en que la AFM ha diseñado esta campaña, el uso que ha dado a la palabra “fundamentalismos” y la frase “tu boca fundamental contra los fundamentalismos”. El eslogan nos atrajo muchísimo, ya que no encontramos en otras partes del mundo grupos de mujeres que sean lo suficientemente valientes como para denunciar los fundamentalismos, aún cuando es un tema que afecta cada aspecto de nuestras vidas. Fue como un eco de nuestro trabajo en Iraq donde lo denunciamos públicamente, tal como lo hacen las feministas latinoamericanas. Para mí fue muy interesante venir a Caracas a conocerlas, a hablar en el marco de esta campaña, y tender puentes con esta región del mundo.

– ¿A qué atribuyes el resurgimiento del fundamentalismo en tu país?

– La raíz está en las malas políticas estadounidenses aplicadas en nuestra región. Sus continuas invasiones a Iraq, su constante apoyo al régimen del “apartheid” en Israel, su apoyo incondicional a los reaccionarios de Medio Oriente, como el gobierno de Arabia Saudita. Encontramos que están contra todo proyecto de libertad en el mundo árabe y la gente está muy enojada con la agenda estadounidense. Entonces, cuando los movimientos fundamentalistas llegaron con su agenda antiestadounidense resultaron muy atractivos para la gente joven, ya que las otras alternativas no eran suficientemente fuertes; tanto socialistas como comunistas resultaron debilitados con el fin de la Guerra Fría. En cuanto a la fórmula política que los estadounidenses han aplicado en Iraq, y que en apariencia se ve democrática, están creando dinámicas que conducirán a una guerra civil y ya hemos empezado a ser testigo de ello en varias regiones. Hablan de federalismo y dan una parte del país a cada etnia, religión o secta, por lo que en esa parte predominará una etnia y las demás serán inferiores. Todo ello abrió paso para el crecimiento del fundamentalismo.

– ¿Cuáles son los pasos a dar en el futuro?

Encontramos que la guerra contra Iraq y los problemas que trae a las mujeres no es sólo local, sino que es una guerra internacional. Para poder derrotar estos poderes globales necesitamos apoyos globales de progresistas, grupos de izquierda, feministas, la gente que ama un mundo libre. Por eso es que tenemos que juntarnos, como en este Foro Social Mundial, entre feministas, como hicimos en el Foro de Awid en Bangkok hace unos meses. Estos encuentros nos permiten hallar apoyos internacionales a nuestra agenda laica, igualitaria, que apoye la libertad de las mujeres en Iraq.

1 La Sharia es la ley musulmana inspirada en el Islam que somete a las mujeres a un estatus de inferioridad.

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