Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº42, en 2004. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.
Agobiado por la elevada tasa de divorcios que las guerras han traído consigo, el Pentágono ha decidido meterse a «casamentero» y, directamente, tratar de evitar que su personal se case con lo que llaman «un imbécil».
Para ello, bajo el programa «Cómo evitar casarse con un/a imbécil», los capellanes de las Fuerzas Armadas estadounidenses se han propuesto la labor de enseñar a los soldados a elegir a sus futuros cónyuges y a llevar sus relaciones prematrimoniales.
La portavoz del Pentágono Martha Rudd explicó a EFE que el programa, también llamado «Escoge un/a compañero/a», es la continuación de la campaña «Construyendo familias fuertes», iniciada en 1999.
«El Ejército cuenta con 55 ministros de distintas confesiones religiosas dedicados exclusivamente a asuntos familiares. Esta formación es parte de su ministerio. Los jóvenes a veces toman decisiones equivocadas y hay que tratar de que esto no ocurra», dijo Rudd.
El programa parte del alto índice de divorcios registrado en el Ejército a causa de las campañas bélicas que EEUU inició en Afganistán e Iraq, tras los atentados de septiembre del 2001.
Las cifras son, según el Pentágono, alarmantes. De los más de 618.000 militares en activo que había en septiembre del 2001, se han divorciado desde entonces 95.000, lo que representa el 15 por ciento.
El ideólogo de este plan es el antiguo pastor y psicólogo John Van Epp, de Ohio, quien, a propósito del nombre del programa, define como persona no recomendable -«imbécil», es literalmente la palabra que utiliza el Pentágono- a aquella «que tiene un problema que perjudica la relación y una resistencia pertinaz a solucionarlo».
«En primer lugar, en los cursos alertamos de las relaciones demasiado rápidas, que acaban desembocando en una tasa muy alta de divorcios. Además, el Ejército presenta unas peculiaridades como son el despliegue de tropas, los cambios de destino y la adaptación a la cultura militar que lo hacen especialmente sensible», dijo Van Epp.
Para ello, «Cómo evitar casarse con un/a imbécil» insta a sus participantes a investigar el contexto familiar de la pareja y sus relaciones previas. Mike Hepok, de Byron Center (Misuri), uno de los instructores de estos cursos, aseguró a EFE que la flexibilidad es una de las principales cualidades que un militar debe esperar de su pareja, ya que están acostumbrados a moverse en entornos de órdenes rígidas y mucho control. Asimismo, destaca que una buena comunicación constituye uno de los elementos clave para un matrimonio con un militar.
Van Epp calcula que entre tres y cinco mil militares han pasado ya por el curso, que se imparte tras un estudio conjunto de la Universidad de Ohio y las Fuerzas Armadas que alertaba sobre el aumento de las separaciones.
El éxito del programa ha traído consigo alguna consecuencia inesperada: el foro de la web «Cómo evitar casarse con un/a imbécil» ha derivado en un punto de encuentro para solteros que buscan pareja, lo que ha llevado a Van Epp a hacer la advertencia de que para eso ya están los mensajes privados.
Una vez construido un hogar, el Pentágono ofrece por medio de su página web de asesoramiento familiar (www.militaryonesource.com) consejos útiles en la vida diaria para que la llama del amor no se extinga.
«Crea rituales como desayunar en la cama con un crucigrama los fines de semana o salir un día de compras juntos», «evita decir palabras ofensivas en medio de una discusión» o «recuerda a tu cónyuge sus cualidades» son algunos de los consejos que esta Celestina de nuevo cuño ofrece a sus empleados para que vivan felices y coman perdices.
El Gobierno del presidente George W. Bush ha presupuestado un gasto de 5.600 millones de dólares (casi la deuda externa de Uruguay, no?) el próximo año en servicios para el bienestar de las tropas y sus familias. «Gastamos mucho dinero entrenando y formando a nuestros soldados, así que preferimos tenerlos contentos y que no quieran cambiar de trabajo», aseguró la portavoz Rudd.
Lo que está claro es que los tiempos en que el Ejército estadounidense desaconsejaba a sus miembros contraer matrimonio, con eslóganes como «si el Ejército quisiera que tengas mujer, ya te habría dado una», han quedado atrás.
Agencia EFE