Editorial – Revista Cotidiano Mujer Nº35

Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº35, en 2001. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

En este número de Cotidiano aparece una página «casi» fascímil de la revista guatemalteca «La Cuerda» y al mismo tiempo, en ella se está publicando una página de Cotidiano Mujer. ¿Qué tienen que ver Guatemala y Uruguay? ¿el quetzal con los horneros? ¿los volcanes de Atitlán con el cerro de Montevideo? ¿el arcoiris increíble de razas, lenguas y culturas guatemaltecas con los más o menos europeizad@s y grises uruguay@s? ¿Serán parecidos los «indicadores» de Naciones Unidas? ¿el Producto Bruto Interno, el índice de alfabetización, la mortalidad infantil o el clima político? ¿Qué tienen que ver los croissants con las tortillas de maíz? Nada.

Nada y todo. Por eso lo hacemos. Porque se nos da la gana de invitarlas a que «vengan a ver cómo es el mundo del revés», donde no hacen falta los pasaportes para cruzar las fronteras. Al fin y al cabo, si los capitales van donde quieren y nadie les pregunta nada, ¿por qué a la gente se le pide tantos sellos, timbres, visas, vacunas, para trasladarse? El mundo al revés, es ese en el que tanto da haber nacido al lado de los pingüinos (tengo uno acá que me está alcanzando un mate) o hablando en kaqchikel.

Lo hacemos para conocernos mejor. Para que todas sepamos más sobre las luchas de las mujeres de nuestra región. Para amplificar la palabra de todas. Para querernos más. Y porque será un placer esto de que las locas de Cotidiano se vuelvan (cada tanto, al menos) Cuerdas.

CAUSA ABIERTA

Son varias ya las organizaciones de mujeres que están denunciando a sus estados ante el sistema interamericano de justicia; varias las abogadas, las instituciones y redes de derechos humanos, que decidieron que, agotadas las vías legales en sus países, iban a utilizar las herramientas jurídicas de la región.

Hasta ahora, lo han hecho sin que la mayoría del movimiento latinoamericano se diera por enterado. Nosotras, incluidas.

Por eso en este número, dedicamos varias páginas a las causas abiertas por Bolivia, Perú, Brasil, Colombia y Chile. No solo para que las mujeres y las organizaciones que los están llevando adelante sientan el apoyo de todas, sino también, porque ese trabajo puede abrir brechas y generar herramientas políticas imprescindibles para toda la región.

Queremos agradecer al Instituto Interamericano de Derechos Humanos, a CLADEM, a CEJIL, a las compañeras que nos enviaron los resúmenes de casos y a aquéllas de las que, por problemas de espacio, no pudimos incluir sus opiniones.

Les habíamos preguntado por qué estaban trabajando tanto en algo que, hasta ahora, ha tenido tan poca visibilidad. Creemos que esta respuesta (gracias, Patricia) las representa a todas: «Recién hoy me animo a escribirte, pero he pensado durante todos estos días en tu mensaje. Justo me tocó en días en que me acercaba al límite de decir «hasta aqui llegue».Informes para las agencias, número de casos resueltos, sostenibilidad, impacto, pertinencia, viabilidad, etc y etc. tanta verborrea que de pronto te traga. ¿Dónde está lo importante? ¿dónde quieres estar tu? La respuesta me la dieron unas señoras de una casa refugio para mujeres maltratadas, a las que voy a ver para conversar y que luego de faltar una semana, me dijeron: ¿dónde ha estado que la hemos extrañado?

Esa es mi razón para estar en este camino, porque en el desaliento, estas mujeres a las que uno cree sostener, resultan ser tus cimientos.»

L.G.

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