Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº31, en 1999. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.
Hay un antes y un después de Beijing, ¿qué duda cabe? Para bien o para mal, según se opine.
Muchas creímos y creemos que la Plataforma de Acción de la lV Conferencia es un piso común para todas las mujeres del mundo y una de las herramientas políticas más importantes que nos hemos dado en el siglo para construir una sociedad más justa, democrática y equitativa. Por eso, gran parte de las actividades de las organizaciones y ONG feministas se han dedicado a su monitoreo y seguimiento, es decir, a saber cuánto de lo prometido en ella por los gobiernos se ha cumplido. Cuánto ha redundado en políticas públicas que realmente puedan provocar un avance en esa palabra que suena espantosa, «empoderamiento», pero que significa derechos humanos, ciudadanía, mejor calidad de vida para todas las mujeres.
Y monitoreo va, seguimiento viene, los institutos y secretarías de la mujer monitoreaban a los ministerios; las ONG a los gobiernos, a los institutos y a las secretarías; los grupos a las juntas vecinales, a las alcaldías y ya que estaban, a las ONG; los grupos de comunicación a los medios masivos; las Hermanas Carmelitas a la Curia y así sucesivamente. Pero…oh Misterio Monitoreador!… nadie se acordó de monitorear a las Naciones Unidas. ¿O si? Tal vez a las mismas agencias del sistema se les ocurra autoevaluarse. ¿automonitorearse? Porque está muy bien que se le hagan cuestionarios a los gobiernos y se demanden respuestas, pero también sería bueno que las Naciones Unidas (y el Banco Mundial y el BID y todos los que correspondan) supieran qué cumplieron y qué no de los compromisos de Beijing. Y que difundieran el resultado del estudio, para ejemplo de todos/as.
Tal vez ese estudio pueda dar varias respuestas o rebatir algunas «sensaciones»:
¨ Antes que nada, la sensación de que la ejecución de la PAM (Plataforma de Acción Mundial) y la de El Cairo, Viena, etc.), está siendo retrasada, entre otras causas, por las precarias condiciones en los mecanismos internos y técnicos del propio sistema.
¨ Parecen no estar muy bien definidas las competencias formales en la toma de decisiones. ¿Quién, quiénes, qué organismos establecen realmente las prioridades de los programas y los recursos financieros?
¨ De 1990 a 1995 tanto el PNUD como el UNFPA o la UNICEF tenían algo parecido a un área programática (Mujer y Desarrollo, creo que se llamaba) con recursos financieros y humanos específicos que le daban al tema mayor relevancia institucional. Después…llegó Beijing y ¡oh Paradoja! del 95 a la fecha se puso de moda hablar del género y ser transversales. Todo bien. Sólo que con la excusa de «la transversalidad de la perspectiva de género» se diluyeron los objetivos y las acciones (al fin y al cabo, el masculino también es un género). Nadie puede estar en contra de la transversalidad, pero digo yo, ¿es obligatoria? ¿No podía transversalizarse con más eficiencia? ¿Es decir, con recursos y mecanismos también transversales pero suficientes, claros y justos?
¨ O dicho de otra manera: ¿con qué cara las agencias de Naciones Unidas le exigirán a los gobiernos que creen mecanismos institucionales y les asignen presupuestos fuertes si no empiezan por la propia casa?
¨ Las diversas agencias están usando un sistema de Puntos Focales en los distintos países para el tema de la equidad de género. No es mala idea. El problema es que a veces no está muy aceitada la articulación entre estos y las sedes en Nueva York y que, además, no todo el personal tiene la formación técnica y/o la experiencia necesaria que el tema requiere ni pueden dedicarle el tiempo suficiente. ¿Cuántos recursos humanos, idóneos y a tiempo completo, dedica el sistema para la equidad de género?
¨ Por otro lado, las Naciones Unidas han estado realizando diversos eventos sobre «sensibilización de género». No están de más. Pero ¿se resolverán así los compromisos con las agendas de Viena y El Cairo? ¿con la Plataforma de Acción de Beijing?
Y sin embargo, parece que fue ayer cuando Gina Vargas en su discurso ante las Naciones Unidas en Beijing, llamó a silencio y desplegó un cartel que decía RECURSOS Y MECANISMOS CLAROS Y JUSTOS.
¿Dónde están?
Lucy Garrido