Sombras y luces para un debate sobre el aborto en América Latina

Este artículo fue publicado en la revista Cotidiano Mujer Nº26, en 1998. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

Primer Encuentro Latinoamericano de Periodistas sobre Derechos Sexuales y Reproductivos

Prolongadas sombras – tradicionales y renovadas- obstaculizan un debate serio, democrático y sin prejuicios sobre el aborto, en América Latina.

Entre los más arraigados principios patriarcales y religiosos y la inexistencia de estadísticas oficiales confiables sobre la práctica del aborto – debido a su clandestinidad- existe una larga lista de impedimentos para un tratamiento sincero y realista de la temática en los medios de información. Comunicadores de dieciocho países, galardonados por la Campaña «28 de Setiembre» por la Despenalización y la Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe, reunidos en el Primer Encuentro Latinoamericano de Periodistas sobre Derechos Sexuales y Reproductivos que tuvo lugar en México, analizaron los escollos para informar sobre el problema que cuesta cada año un número indefinido de miles de muertes de mujeres en toda la región.

Desniveles varios

Existen claros desniveles en el debate sobre el aborto y en el tratamiento de la información sobre su práctica, clandestina en la mayoría de la región. Los mitos, las relaciones Estado- Vaticano, la intervención de los grupos conservadores así como las características políticas, sociales y culturales de los países determinan las diferencias en el abordaje de los medios, en la percepción de la opinión pública y también en la resolución del problema.

Los y las periodistas detallaron los problemas que viven, que van desde el desinterés o el «amarillismo» con los que se aborda el tema en los mas media hasta las posiciones estrechas de determinados grupos religiosos o «Pro Vida», que actúan en forma agresiva a través de los medios, en muchos países. Coincidieron en la necesidad de aunar esfuerzos con los grupos feministas para impulsar una «información democratizadora», donde el imperio sea de la tolerancia y el respeto a la diversidad, alejado del fundamentalismo. «Salir de la trampa del debate moral, escapar del terreno de los dogmas para ingresar en el de lo humano» es, a su vez, uno de los principales desafíos que tienen planteado las organizaciones que trabajan en pro de la despenalización y la legalización del aborto.

Brasil y Guyana se destacaron como los dos países de la región en los cuales está teniendo lugar un debate más libre, plural y profundo sobre el aborto, con argumentos claros y una estrategia que puso la problemática en las primeras planas, en su dimensión de salud pública.

Globalización y alternativas

La feminización de la profesión periodística en América Latina y en el mundo fue destacada por Sara Lovera de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer, A.C.) de México, quien precisó que este hecho y el surgimiento de revistas, suplementos y páginas dedicadas a la mujer en el planeta entero no han tranformado la «naturaleza patriarcal de los medios de comunicación». Sin embargo, la mirada no se focaliza sólo en los aspectos pesimistas porque la tan manida globalización, si bien ha traído consigo consorcios planetarios en el mundo de las comunicaciones también ha venido de la mano de «manifestaciones alternativas» que no cesan de nacer y con frecuencia se llevan a cabo de manera individual o en pequeños grupos de mujeres. Los espacios de «bordados y tejidos» que ocupaban gran parte de las páginas femeninas de los años 80 han dado lugar a multifacéticos intereses y temáticas en el transcurso de la década actual.

Aborto «masculino»

En América Latina y el Caribe, donde existen miles de mujeres jefas de hogar que enfrentan solas la maternidad- paternidad de muchos hijos, ha comenzado a manejarse cada vez con mayor énfasis el concepto de «aborto masculino». El abandono de la familia y no asumir en los hechos la paternidad fue calificado así en su origen por las organizaciones femeninas, pero hoy, por ejemplo en Brasil, es una expresión de manejo cotidiano en los grandes medios. Más allá de este hecho anecdótico, la complejidad de los derechos sexuales y reproductivos de hombres y mujeres está viviendo un evidente «destape» en este fin de siglo. Si bien a nivel mundial la salud reproductiva de las mujeres es una prioridad, cada vez se habla más de la necesidad de que los hombres se comprometan y participen para lograr una verdadera transformación. Las reflexiones desde una perspectiva de género se orientan cada vez más hacia una implicancia constructiva de los hombres en los temas de salud reproductiva, de manera que signifique un apoyo a las mujeres.

Mercado negro

El recurso del aborto clandestino y sus consecuencias para la vida y la salud de las mujeres son una realidad que, en la mayoría de las naciones, trasciende los deseos de los gobiernos y es ajena a las leyes. En los países donde el aborto está prohibido, las sanciones son más un imperativo moral que una práctica: «no cabrían tantos inculpados en las cárceles, ni las mujeres que abortan ni quienes colaboran con ellas», recuerda la publicación del mexicano Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE). La propuesta de despenalizar el aborto persigue el interés de que la amenaza de la penalización al aborto facilite el «mercado negro» de su práctica.

Quizás el más inquietante desafío para los grupos feministas consista en llevar los temas del cuerpo, la sexualidad, la violencia hacia las mujeres y el aborto clandestino de la vida privada -develando sus prejuicios- al debate público. Un paso adelante en el camino hacia este objetivo consiste en establecer una alianza de los y las comunicadores con los temas de las feministas: el derecho al cuerpo, la libre decisión y la despenalización del aborto.

Helvecia Pérez

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