El periodismo como antídoto contra la violencia machista viral

Este artículo fue publicado en el Cuaderno Nº9 de Cotidiano Mujer, en 2014. Puede encontrar todas las revistas aquí y los posteriores cuadernos aquí.

Marta González

Este año la calma mediática veraniega fue sacudida por un nuevo fenómeno: la viralización por Internet y a través de WhatsApp de videos con contenido sexual y su tránsito por el ámbito judicial. Cuando estos casos llegan a los medios de comunicación, ¿cómo son abordados? ¿cómo se puede hacer un tratamiento con un enfoque justo? 

Si bien la difusión de este tipo de vídeos está a la orden del día en los debates y comentarios en redes sociales, no es tan común que sea tema de agenda para los medios. En muchos casos, es la denuncia la que convierte el hecho en noticiable. “Es en el momento  que  se empieza a tratar en los medios, cuando los periodistas tenemos que estar más atentos para evitar comentarios, noticias y juicios de valor que lleven a cuestionamientos sobre la víctima y las mujeres en general. Que el vídeo o la imagen en cuestión esté en la red no nos exime de responsabilidad”, afirma la periodista y especialista en temas de género, Paula Vilella.  

“Asuntos como los videos virales de contenido sexual requieren de explicaciones de mayor alcance. Es una nueva expresión, una nueva cara, tamizada por la tecnología,  de la violencia machista. Ojo, no son pocos los medios que están comprometidos con ello, por lo que sería bueno aprovechar situaciones como las que se vivieron en verano para levantar la mirada y colocar – libre de moralina –  otros puntos de vista y mostrar cómo los prejuicios siguen operando – y oprimiendo – en las vidas cotidianas de las personas. Para esto, la perspectiva de género puede ser una herramienta bien efectiva que ayudaría a la gente a entender mejor esto y, también, por qué no, a ser más libres.  Finalmente, creo necesario dar herramientas a las mujeres para que puedan protegerse ante este tipo de situaciones”, reflexiona la experta en comunicación Cecilia Lucas. Salvo algunas excepciones, la mayoría de las noticias e informaciones que aparecieron sobre estos casos hicieron un seguimiento desde el punto de vista del proceso judicial. No se realizaron ponderaciones sobre las consecuencias para las víctimas de la difusión de su imagen, ni se realizaron análisis críticos que permitieran enmarcar este fenómeno como una forma de violencia hacia las mujeres. Tampoco se cuidó la no identificación de la víctima y  no se controlaron los mensajes y comentarios que los usuarios dejaban en las páginas de Internet.

“La búsqueda de justificaciones de por qué una mujer fue abusada, la identificación de la víctima o  los cuestionamientos sobre las costumbres sexuales de la mujer son algunos de los elementos que suelen aparecer en estos casos”, apunta la socióloga Mariana Fossatti, una de las voces que se plantearon estos temas como violencia machista. Para ella, la humillación a la que es sometida la víctima es uno de los principales problemas: “La herramienta de la humillación me parece una de las más utilizadas. Se experimenta en la vida cotidiana, en los medios, las mujeres estamos mucho más sujetas a un montón de críticas  por distintos costados que los hombres. Utilizan los estereotipos de género para la humillación. Es necesario insertar nuevos discursos que  ayuden a invertir estas  representaciones simbólicas que terminan justificando que la mujer se lo merecía por puta.”

“En  muchas ocasiones desde el silencio o desde la falta de perspectiva de género y de crítica,  desde los medios se traslada la culpa a las mujeres  que fueron abusadas y que denuncian públicamente. Estamos en un sistema que va a cuestionar cualquier punto de fuga que se escape de los patrones tradicionales”, remarcó Vilella. Es por ello que es necesario que los medios de comunicación se comprometan en una visión de género que permita ampliar la perspectiva al abordar estos temas. En ese sentido “El Manual de género para periodistas” elaborado recientemente  por el Área Práctica de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en América Latina y El Caribe, es una herramienta útil, que da ejemplos prácticos y  que pretende servir para “generar debates y visibilizar situaciones que pueden estar naturalizadas, legitimando discriminaciones de género tanto en el interior de las redacciones como en la agenda informativa del medio”. El abordaje de los temas de violencia hacia las mujeres, el rol de profesionales de la comunicación o  las formas de tratar las fuentes son algunas de las propuestas de este manual.

“En el escenario uruguayo queda mucho por hacer para que los medios de comunicación avancen en igualdad”, sostiene la periodista de La Diaria, Lourdes Rodríguez. La falta de formación en género o la inexistencia de observatorios u organismos independientes que puedan condenar este tipo de actitudes son algunos de los obstáculos que señala. “Es importante la Defensoría del Lector, o Defensoría de la Audiencia, y que la sociedad civil tenga un papel marcado acá. Sería muy positivo la existencia de un observatorio y una organización social específica que cumpliera dicho rol. Si se ejerce violencia simbólica a través de los medios, ¿qué mecanismo puede activarse? Si mañana un periodista o una portada de un medio ejerce este tipo de violencia debería haber un espacio real donde pueda ser denunciado y detenga la impunidad que existe hoy día”.

Por su parte, la periodista Pilar Tejeiro, integrante de la comisión de género de  la Asociación de la Prensa Uruguaya, dio algunas recomendaciones: “Evitar un lenguaje discriminatorio, tratar de buscar fuentes que no sean directamente las testimoniales, sino que nos ilustren para entender los temas en profundidad. Si buscamos los testimonios directos, estoy victimizando a la parte más débil. Tratar de darle contexto, que explique la situación, dar herramientas de salida por si otras personas están viviendo situaciones similares sepan dónde recurrir”.

El rol de los medios como generadores de opinión y su gran potencial para ampliar visiones y dar nuevos puntos de vista los convierte en actores esenciales en este escenario. “Los medios pueden  y deben ser una herramienta de difusión para la aparición de noticias, reportajes o entrevistas sobre asuntos que den una visión más amplia de los abusos cotidianos, de la violencia simbólica, del acoso en la calle, en el trabajo, las formas de represión de la sexualidad femenina, la violencia sexual, etc.  Aún  hay un largo camino por recorrer  para insertar la lógica de un discurso feminista y en pos de la igualdad en los medios”,  concluyó Lilián Celiberti, coordinadora de Cotidiano Mujer.

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