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Yanar
Mohammed es activista por un estado iraqui secular en el que los derechos
de las mujeres sean respetados y edita el periódico Al Mousawat
(Igualdad). En el marco del VI Foro Social Mundial (Caracas 2006), la
Campaña contra los fundamentalismos que impulsa la Articulación
Feminista Marcosur la invitó a dar su testimonio en la conferencia
De víctimas a resistentes. Tu boca fundamental contra los
fundamentalismos.
Me
gusta el eslogan de esta campaña porque mi boca es fundamental
contra los fundamentalismos. En Iraq, el único apoyo para
las mujeres son nuestras bocas, entonces vamos a los medios y hablamos
en lugares donde millones de personas nos escuchan y expresamos que no
somos un tema de negociación: nuestros derechos a la vida y a la
libertad son fundamentales. Todo el mundo piensa que en Iraq las mujeres
hemos sido sometidas toda nuestra vida(
) y que en la sociedad sólo
hay hombres líderes. Pero aquí estamos, para decir que esto
no es verdad. Estas fueron las palabras iniciales de la intervención
de Yanar Mohammed en el Foro. A los 46 años y con una formación
laica, hoy es internacionalmente conocida por su activismo en contra de
la ocupación estadounidense y la visión feminista que orienta
sus pasos.
Existen
muchos motivos para ser feminista, especialmente si una nació en
Iraq, en el Medio Oriente, y en una época en la que las mujeres
hemos perdido gradualmente nuestros derechos. Recuerdo que mi madre solía
usar minifalda, se enamoró de mi padre y se casó porque
así lo eligió, tuvo una educación completa. Incluso
yo me gradué recibiendo una educación gratuita, terminé
Arquitectura en la Universidad, cursé un Master y pude trabajar
inmediatamente, como la mayoría de las mujeres iraquíes
en los 70 y los 80 el 40% de la fuerza laboral eran mujeres-. Por
lo tanto hace 30 años las mujeres tenían independencia económica,
y esto se reflejaba en nuestros derechos, en nuestras luchas, en nuestras
apariciones y movilizaciones en las calles. Pero luego notamos que hacia
fines de los 80, durante los 90, y especialmente después de la
guerra estadounidense contra Iraq, todos esos logros se perdieron y fuimos
empujadas al lugar de seres inferiores de la sociedad, recluidas en lo
doméstico. Los fundamentalistas están tratando de someternos
a una situación terrible donde las mujeres somos meras sirvientas
carentes de toda clase de derechos, de capacidad de elección en
nuestras vidas, de gozar de libertades sociales o políticas.
En 1993, en una de las oleadas emigratorias causadas por la guerra, Yanar
se fue de Iraq con su hijo de cuatro años. Se radicó en
Canadá y comenzó a trabajar en diversos movimientos por
la paz, esperando regresar al país una vez finalizada la guerra.
En junio de 2003 me reuní en Bagdad con dos compañeras y
escribimos la declaración fundacional de OWFI (Organización
por la Liberación de las Mujeres en Irak) que contiene todos nuestros
reclamos, siendo el principal la igualdad entre hombres y mujeres sólo
posible con un gobierno laico e igualitario. Cuando los estadounidenses
preparaban los ataques, sentimos que iban a apoyar fuerzas fundamentalistas
de grupos patriarcales nacionalistas y tribales, todos ellos enemigos
de las libertades de las mujeres. OWFI es un grupo de mujeres progresistas
que entendemos que debemos estar en Iraq listas para los cambios y constituir
un frente de resistencia visible, una voz feminista que impida que ellos
cambien nuestra realidad pretendiendo frente al mundo entero que esa es
nuestra cultura, y que las mujeres lo aceptamos cuando en realidad la
gran mayoría no lo hacemos. OWFI sería como una segunda
oleada feminista en Iraq, porque habíamos tenido una primera oleada
feminista a fines de los 50 que había mejorado nuestra situación,
nos dio algunos derechos y nos permitió realizar algunas correcciones
a las leyes vigentes. Yo aún no había nacido pero cuando
hablo de ello lo hago en nombre de la eterna mujer que lucha por sus derechos.
Y no vino de la nada, hubo un movimiento progresivo, principalmente del
socialismo que fue el que impulsó estos cambios.
En
Caracas y luego de la conferencia, Yanar conversó sobre su activismo
feminista y el futuro de Iraq
Entrevista
Cecilia Gordano
-
¿Qué actividades han realizado desde la fundación?
- Nuestra primera campaña visible fue en agosto de 2003. Organizamos
una pequeña manifestación en la plaza Al Fardawse (Bagdad),
donde logramos convocar a varias mujeres y a muchos medios locales e internacionales.
Allí exigimos el fin del tráfico de mujeres, de los secuestros,
los asesinatos y las violaciones. Según nuestras estimaciones en
el 2003, durante unos pocos meses de ocupación, ya 400 mujeres
habían sufrido alguno de estos ataques, incluso fuera del país,
y nunca se supo más de ellas. Hoy esa cifra podría ascender
a 1000 mujeres. También concentramos nuestros esfuerzos en denunciar
la opresión de las mujeres y los asesinatos por honor. Son prácticas
horribles de muchas sociedades árabes, en las que el honor de la
tribu o la familia es más importante que la vida de las mujeres.
Si alguna se involucra en una relación que no cuadra en ese sistema
de honor, los hombres de la tribu deciden matarla. Esto es
un motivo diario de muerte de nuestras mujeres, sin que se considere una
violación a los derechos humanos.
- ¿Qué papel juega el gobierno en todo esto?
- En el Código Penal hay un artículo que no sólo
lo permite sino que lo apoya. Si un hombre mata a una mujer por cuestiones
de honor no sólo se lo deja libre sino que se lo respeta. Si bien
muchos artículos han cambiado desde la ocupación, éste
aún persiste. Aunque intentemos ayudar a las mujeres en peligro,
muy pocas veces llegamos a tiempo porque tienen el cuchillo sobre el cuello
y es cuestión de días u horas para que las maten. OWFI abrió
dos refugios para esos casos, lo anunciamos en la radio y en nuestro periódico
Al Mousawat.
- ¿Qué peligros corren al realizar estas acciones en Iraq?
- Algunos nos afectan individualmente como activistas. A fines de 2003
y principios de 2004, la resolución 137 del consejo de gobierno
iraquí trató de hacer de la Sharia1 la fuente de toda legislación.
Hablé en la televisión contra esta iniciativa de los islamistas
y al día siguiente recibí una amenaza por email diciendo
que me matarían en pocos días si no dejaba de hablar de
forma perversa así lo llamaron- sobre las mujeres.
Dos meses después, próximo al Día Internacional de
las Mujeres, me enviaron otro email hablando de una explosión dirigida
a mí y a las prostitutas de mi alrededor, en caso de
que nos juntáramos o hiciéramos declaraciones.
- ¿Te tomaste esas amenazas en serio?
- Claro que me lo tomé en serio. Las amenazas fueron escritas en
un lenguaje que revelaba que su autor había leído bien el
Corán y citaba sus versos. Por lo tanto concluí que se trataba
de un fundamentalista islámico que estaba hablando muy en serio.
Debí esconderme un tiempo, faltar a la oficina por dos o tres semanas.
Unas amigas me regalaron un chaleco anti bala que usé durante un
tiempo. Pero luego decidí continuar organizando la reunión
para el 8 de marzo y de hecho logramos reunir aproximadamente a 1000 mujeres
en la plaza, con carteles que decían Sí a una Constitución
laica, Sí a la igualdad entre hombres y mujeres.
Mientras yo hablaba en público nuestros amigos progresistas se
ocuparon de la seguridad.
- Hablemos ahora del Foro. ¿Por qué aceptaste la invitación
de la Articulación Feminista Marcosur (AFM) para asistir?
- Hubo dos motivos: primero, como grupo de mujeres con una visión
socialista y progresista, nunca tuvimos la oportunidad de participar en
ningún Foro Social Mundial. Por lo tanto era muy interesante asistir
a este espacio en el cual hablar públicamente sobre nuestras preocupaciones
sin que se nos acuse por nuestra posición de izquierda. La segunda
razón fue la forma en que la AFM ha diseñado esta campaña,
el uso que ha dado a la palabra fundamentalismos y la frase
tu boca fundamental contra los fundamentalismos. El eslogan
nos atrajo muchísimo, ya que no encontramos en otras partes del
mundo grupos de mujeres que sean lo suficientemente valientes como para
denunciar los fundamentalismos, aún cuando es un tema que afecta
cada aspecto de nuestras vidas. Fue como un eco de nuestro trabajo en
Iraq donde lo denunciamos públicamente, tal como lo hacen las feministas
latinoamericanas. Para mí fue muy interesante venir a Caracas a
conocerlas, a hablar en el marco de esta campaña, y tender puentes
con esta región del mundo.
- ¿A qué atribuyes el resurgimiento del fundamentalismo
en tu país?
- La raíz está en las malas políticas estadounidenses
aplicadas en nuestra región. Sus continuas invasiones a Iraq, su
constante apoyo al régimen del apartheid en Israel,
su apoyo incondicional a los reaccionarios de Medio Oriente, como el gobierno
de Arabia Saudita. Encontramos que están contra todo proyecto de
libertad en el mundo árabe y la gente está muy enojada con
la agenda estadounidense. Entonces, cuando los movimientos fundamentalistas
llegaron con su agenda antiestadounidense resultaron muy atractivos para
la gente joven, ya que las otras alternativas no eran suficientemente
fuertes; tanto socialistas como comunistas resultaron debilitados con
el fin de la Guerra Fría. En cuanto a la fórmula política
que los estadounidenses han aplicado en Iraq, y que en apariencia se ve
democrática, están creando dinámicas que conducirán
a una guerra civil y ya hemos empezado a ser testigo de ello en varias
regiones. Hablan de federalismo y dan una parte del país a cada
etnia, religión o secta, por lo que en esa parte predominará
una etnia y las demás serán inferiores. Todo ello abrió
paso para el crecimiento del fundamentalismo.
- ¿Cuáles son los pasos a dar en el futuro?
Encontramos que la guerra contra Iraq y los problemas que trae a las mujeres
no es sólo local, sino que es una guerra internacional. Para poder
derrotar estos poderes globales necesitamos apoyos globales de progresistas,
grupos de izquierda, feministas, la gente que ama un mundo libre. Por
eso es que tenemos que juntarnos, como en este Foro Social Mundial, entre
feministas, como hicimos en el Foro de Awid en Bangkok hace unos meses.
Estos encuentros nos permiten hallar apoyos internacionales a nuestra
agenda laica, igualitaria, que apoye la libertad de las mujeres en Iraq.
1 La Sharia es la ley musulmana inspirada en el Islam que
somete a las mujeres a un estatus de inferioridad.
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