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Cotidiano
Mujer Nº37 1/2
de menos a más
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hacia
el proceso de Cairo + 10
Ximena
Machicao Barbery
Directora Ejecutiva de CIDEM, Bolivia1
La Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, celebrada
del 5 al 13 de Septiembre en el Cairo en 1994, bajo el auspicio de las
Naciones Unidas, fue una de las mayores Conferencias Intergubernamentales
sobre población y desarrollo, donde participaron más de
11.000 personas de gobiernos, organismos especializados del sistema
de Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales, no gubernamentales
y medios de comunicación.
Más
de 170 Estados participaron en las negociaciones para promover un Programa
de Acción sobre población y desarrollo para los próximos
20 años. El programa adoptado puso de manifiesto los vínculos
integrales e indivisibles que existen entre población y desarrollo.
Se hizo énfasis sobre la urgencia de satisfacer las necesidades
de hombres y mujeres y se apostó por el avance de las mujeres,
como medida clave para mejorar la calidad de vida de la población.
La comunidad
internacional llegó a un consenso cuantitativo sobre tres objetivos
principales a alcanzar en los próximos 20 años: la reducción
de la mortalidad infantil y materna, el acceso universal a la educación,
especialmente para las niñas, y el acceso universal a una amplia
gama de servicios de salud reproductiva y de planificación familiar.2
El Programa
de Acción proporcionó cálculos sobre los niveles
de recursos nacionales y de ayuda internacional necesarios e hizo un
llamado a los gobiernos para que estos recursos se los dedique a la
puesta en marcha del Programa de Acción, que tuvo como antecedentes
principales la Conferencia Mundial de Población realizada en
Bucarest 1974 y la Conferencia Internacional sobre Población,
llevada a cabo en México en 1984.
La adopción del Programa de Acción de Cairo, marcó
el inicio de una nueva era de compromisos y de buena voluntad por parte
de los gobiernos, de la comunidad internacional y de la sociedad civil,
para integrar aspectos de población en todas las actividades
económicas y sociales, en el marco de un importante reconocimiento
de que la interdependencia entre población, desarrollo y medio
ambiente, nunca había tenido, como en ese momento, tantas posibilidades
de adoptar políticas socioeconómicas y macroeconómicas,
para promover en todos los países llamados en "vías
de desarrollo o en crecimiento", un desarrollo económico
sostenible y de movilizar recursos humanos y financieros, a fin de resolver
los problemas mundiales. La Conferencia de 1994 recibe un mandato, más
amplio que las anteriores conferencias de población, respecto
a las cuestiones de desarrollo, lo que abrió la esperanza de
que los gobiernos y la comunidad internacional cuenten con mayor conciencia
sobre la interrelación existente entre desarrollo, pobreza, consumo
y producción, y que su tratamiento para buscar soluciones debía
darse en el marco de un tratamiento integral y en base a un enfoque
de derechos, de justicia económica y social.
El salto
político cualitativo y el avance conceptual de los acuerdos llegados
en el 94, se sitúan en el establecimiento de cuatro factores
fundamentales: el crecimiento económico, la equidad social, el
uso racional de los recursos naturales y la gobernabilidad. En este
sentido, se propone que la población ya no puede ser entendida
desde una óptica puramente demográfica, ya que su comportamiento
es decisivo para lograr el desarrollo en todos sus aspectos. Se señala
también la importancia de la salud sexual y reproductiva como
un derecho fundamental de las personas y la necesidad de promoverlos
y garantizarlos.
Tanto en
el 94, como en el 99 en el proceso de Cairo + 5, las intervenciones
de las mujeres y de las redes feministas globales y regionales, fueron
cruciales para el rumbo de las negociaciones y de los acuerdos logrados.
Si bien, el Programa de Acción de Cairo y después los
acuerdos alcanzados en Beijing en 1995, no fueron, ni son instrumentos
de lo "deseable", sino de lo que fue "posible" alcanzar,
desde la agenda de los movimientos feministas, ello no le quita la importancia
histórica que tuvieron estos dos momentos, al incorporar demandas
largamente sentidas y luchadas por las mujeres del mundo entero que
abrieron posibilidades objetivas, virtuales y sobretodo mucha esperanza,
en el intento de sentar las bases para la construcción de un
nuevo mundo: solidario, justo y equitativo.
La Red
Alternativa de Desarrollo con Mujeres para una Nueva Era -DAWN-, junto
a varias redes regionales, globales y organizaciones de mujeres a cinco
años de Cairo, participaron activamente en las actividades de
análisis y revisión de la implementación del Programa
de Acción adoptado en 1994, a fin de evaluar los avances, los
obstáculos, los desafíos y las recomendaciones más
urgentes para lograr a mediano y largo plazo, una mejor implementación
de los acuerdos internacionales suscritos.
El trabajo
realizado, con distintas formas y dinámicas, tuvo la intención
de "medir" el impacto de la aplicación de la plataforma
a nivel nacional y los progresos en relación a la salud sexual
y los derechos reproductivos; los debates y los cambios legales, el
ambiente político, económico y social para la implementación
y el análisis de los aliados y adversarios de la CIPD (Comité
Especial sobre Población y Desarrollo)
Se observó,
también, y con mucho énfasis, que ya desde 1994, el mundo
globalizado se había visto enfrentado a una serie de hechos y
fenómenos adversos que repercutieron negativamente y de manera
significativa en la aplicación del Programa de Acción:
las crisis financieras, en particular en los países pobres o
con economías en transición, con marcado estancamiento
económico y que tenían en marcha programas de ajuste estructural;
los desastres naturales; la caída de los precios del petróleo
y otros productos básicos; la inestabilidad social; las guerras
y los conflictos civiles.
Aspectos,
todos ellos, que tuvieron importantes consecuencias en la salud y el
desarrollo, en particular en la salud de las mujeres, como señaló
el Foro Internacional de la Haya. Foro que reafirma categóricamente
los principios básicos del Programa, reconociendo que pese a
los logros alcanzados, aún había mucho por hacer y propone
tomar medidas en el marco de las nuevas tendencias mundiales.
El Foro
de Organizaciones No Gubernamentales, a modo de balance general, estableció
que la barrera más importante para la creación de un entorno
más favorable para la implementación de la CIPD, era la
vigencia del fundamentalismo del mercado. Que las crisis económicas
y financieras estaban dando lugar a repensar y promover una agenda de
desarrollo que, en el contexto del Programa de Acción, tome en
cuenta fundamentalmente la equidad, la justicia de género y el
potenciamiento de las mujeres.
Ello requería
el pleno reconocimiento de la ciudadanía global de las mujeres
a la par de la de los hombres, de los derechos humanos, sexuales y reproductivos
de todas las personas y del rol catalizador que podía jugar la
sociedad civil, en una visión de desarrollo que intente generar
un entorno más favorable para la implementación efectiva
del Programa de Acción, en la búsqueda de lograr impactos
políticos, económicos, sociales y culturales reales en
el marco de una relación más equilibrada entre las regiones
y los países.
Los grupos
y redes involucrados en el proceso de Cairo desde 1994 estuvieron concientes
que un grupo relativamente importante de países Latinoamericanos
representó el mayor polo de resistencia frente a la agenda de
salud, derechos reproductivos, autonomía de los y las adolescentes,
formas de familia y especialmente aborto (Argentina, Honduras, Nicaragua,
Guatemala, Ecuador, República Dominicana y Perú). Otros
países han tenido posiciones más avanzadas en Cairo y
particularmente en Beijing, donde resaltaron las posiciones progresistas
de Brasil, México y del Caribe en temas controversiales como
aborto y derechos sexuales. Con más o menos matices estos países
tuvieron posiciones diferenciadas en el proceso de Cairo + 5, donde
se visibilizó con mucha más fuerza la alianza del Vaticano
con países como la Argentina y Guatemala, pero que, sin embargo,
fueron posiciones aisladas, frente al consenso regional para mantener
el lenguaje y avanzar hacia la implementación de la plataforma,
sobre todo en las cuestiones relacionadas a la salud sexual y los derechos
reproductivos.
A nivel
del sistema de Naciones Unidas, se realizó todo un proceso de
evaluación intergubernamental analizando los progresos realizados
y las dificultades advertidas en la implementación de los acuerdos
de la Conferencia. Proceso que culmina con la aprobación del
documento, "Medidas claves para seguir ejecutando el Programa de
Acción", en la Asamblea General extraordinaria de Naciones
Unidas en Nueva York, el 30 de junio de 1999.
Dentro
de las dificultades evidenciadas en este camino "evaluatorio"
se pudieron identificar:
1. La falta
de procedimientos claros y adecuados en el sistema de Naciones Unidas
para evaluar los compromisos asumidos por los países en conferencias
y cumbres.
2. La no priorización de todo lo vinculado a Población
y Desarrollo en la agenda del Secretariado de Naciones Unidas.
3. La falta de compromiso político de los gobiernos para implementar
políticas sostenibles y adecuadas para la aplicación del
Programa de Acción.
4. La no asignación de los recursos establecidos para cumplir
con las metas propuestas, tanto a nivel de presupuesto de los países,
como en recursos financieros para la asistencia desde los países
donantes y las agencias de cooperación internacional.
5. Desconocimiento de los/as delegados/as oficiales de los mecanismos
y procedimientos de Naciones Unidas y del contenido del Programa de
Acción.
En general,
el documento final en todo lo relativo a las posiciones sobre género,
salud sexual y derechos reproductivos repite el lenguaje de consenso
de 1994. La posibilidad de trascender estos consensos, fue obstaculizado
fundamentalmente por la hegemonía política, dentro del
Grupo de los 77, de aquellos países que ya plantearon reservas
en El Cairo (Argentina, Libia, Marruecos, Sudán y Nicaragua,
entre otros) y, por la continua acción del Vaticano para interferir
en el proceso de la agenda de igualdad de género en lo referente
a salud y derechos sexuales y reproductivos.
La Coalición
de Mujeres conformada para el proceso de Cairo + 5, con la participación
de más de 60 organizaciones tuvo como objetivo revisar los documentos
a negociar en todo el proceso y elaborar propuestas alternativas específicas
que garantizaran los consensos y posibles avances. A su vez activistas,
investigadoras, integrantes de ONG y redes se movilizaron en cada uno
de los países, para identificar los avances y retrocesos en la
implementación, monitorear políticas públicas y
programas, difundir información actualizada y fortalecer los
compromisos con los acuerdos de Cairo. Las intervenciones y la presión
política ejercida por las mujeres en estas negociaciones fueron
de vital importancia nuevamente.3
Es importante
saber del pasado y conocer nuestras experiencias para encarar el futuro
con fortaleza, para no permitir retroceder en lo poco que hemos avanzado
a casi diez años de Cairo y Beijing. Los procesos se fueron complicando,
la reubicación de los viejos fundamentalismos, con mayor poder,
se hicieron cada vez más evidentes con el transcurso del tiempo,
el surgimiento de nuevas voces en contra de los derechos sexuales y
reproductivos, de los derechos humanos, fueron apareciendo y junto a
ellos los Bush, los Bin Laden, los unos y los otros, que cambiaron el
curso de la historia en un mundo cada vez más polarizado, guerrerista
y pobre.
Es importante
conocer lo que Gina Vargas dijo en la Sesión Especial de la Asamblea
General de las Naciones Unidas en Junio del 2000, una vez concluida
la revisión de la Plataforma de Beijing, por su fuerza, su desencanto
y por la esperanza que miles de mujeres depositaron en estos acuerdos
internacionales, como una forma de avanzar en lo que por justicia nos
corresponde.
"Señor presidente: No sé si decir 'buenas noches'.
¿Se puede decir 'buenas noches' a noches como ésta? ¿Son
buenos los días, en que una sola palabra puede hacernos perder
de vista, que tras ella está la vida de millones de mujeres?
¿Qué palabra puede valer más que los propios conceptos
que representa? ¿Cuál vale más que las mujeres
traficadas?, ¿Que el valor que en este mismo instante están
produciendo las horas de trabajo infantil? ¿Qué palabra
vale más que el miedo de las mujeres que viven en las zonas de
conflictos? ¿Y mucho más cuando ese territorio de conflicto
es el propio cuerpo de esas mismas mujeres? ¿Es que hay una sola
palabra que valga más que las mujeres migrantes trabajando sin
derechos y sin horarios? ¿Con una sola palabra se puede ocultar
la discriminación y la exclusión? ¿Qué colores
tienen las palabras? ¿En qué lengua y con qué cultura
se pretende devaluar la diversidad de rostros, razas, etnias, historias
y lucha de nuestras mujeres? ¿Se puede llamar buenas tardes,
a las noches, a los días en que los gobiernos se hacen sordos
a los compromisos que nosotras asumimos y que ustedes no respetaron?
Señor
Presidente, se nos dijo que teníamos cinco minutos para dirigirnos
a la Asamblea General, ¿Cómo expresar, en este corto tiempo,
la confianza con que fuimos a Beijing? ¿Cómo cantarles
en cinco minutos, todo lo que hicimos en estos cinco años para
cumplir nuestra parte en la Plataforma de Acción? ¿Cómo
expresarles lo que sentimos al ver que a nuestra esperanza ustedes la
encorchetaron por un problema de lenguaje? ¿Cómo, después
de esta patética inoperancia, volver a creer en aquellos gobiernos
cuyas elites políticas responden solamente a sus intereses religiosos,
políticos, económicos, particulares, pequeños y
mezquinos? ¿Cómo volver a nuestros países y contarle
a nuestros pueblos que diez es más que ciento ochenta y siete?
¿En estos cinco minutos tenemos que volver a convencerlos que
nuestra lucha es justa? ¿Cuántas palabras más son
necesarias para que ser joven no sea un estigma? ¿Cuántas
se necesita aprender para que una mujer astronauta no asombre a nadie?
¿Cuánta ciudadanía, cuánta democracia se
necesita aprender para que la discriminación positiva y los mecanismos
institucionales que reclamamos sean cosa del 'siglo pasado'? ¿Cuántas
palabras más son necesarias para que la maternidad no sea un
riesgo de muerte? ¿Para que el aborto no siga siendo la primera
causa de estas muertes? ¿Para que el amor no sea condenado cuando
no se ajusta a las palabras con las que algunos de ustedes quieren definirlo?
¿Qué lógica es aquélla que acepta el odio
consensuado y la guerra entre y dentro de nuestros países y quiere
hacer la guerra al amor que no se ajusta a sus definiciones? ¿Qué
religión tienen las palabras? ¿Qué palabras definen
a ese dios con el que se quiere legitimar el desprecio, la violencia,
la injusticia contra las mujeres? ¿Con qué palabras creen
que podrán amordazar la creatividad, las ideas, los sueños
de millones de mujeres? ¿Se puede pretender cambiar la historia
de este nuevo milenio?
Señores
y señoras delegadas, el tiempo de las prohibiciones y los corchetes
es de algunos de ustedes. Pero el tiempo de la historia, a pesar de
algunos de ustedes, es nuestro. Tienen la oportunidad de avanzar con
nosotras. ¿Cuáles son las palabras que ustedes harán
valer más en esta conferencia?
Hace cinco años, en esta misma Asamblea General todo, todo parecía
estar dicho. Ahora, las palabras no entienden lo que pasa. Las de las
mujeres de América Latina y el Caribe son: derechos, justicia,
democracia. Que las suyas no retrocedan la historia."
¿Dónde Estamos?
La celebración
del décimo aniversario de Cairo el próximo año,
debe suponer abrir la posibilidad para analizar los cambios ocurridos
a nivel mundial, regional y nacional, tanto desde los avances y logros
alcanzados como desde los obstáculos y retos pendientes. Debe
convertirse en una oportunidad para profundizar la reflexión
desde los compromisos adoptados por los Estados, así como, desde
las contribuciones que las organizaciones de la sociedad civil han realizado
para la implementación de la agenda de Cairo, en base al reconocimiento
sobre el liderazgo que han tenido las mismas y particularmente los movimientos
de mujeres, tanto en la formulación como en la implementación
y su monitoreo.
Tras el avance que supuso lograr el consenso de Cairo, se puso también
de manifiesto la agenda de grupos fundamentalistas, que a la cabeza
de la administración Bush, actualmente están tratando
de revertir la agenda de Cairo con prácticas y discursos más
organizados y sofisticados. "A nivel político, las fuerzas
conservadoras en algunos países han expresado su oposición
a la agenda Cairo sustentándose en dos razones: La CIPD promueve
el sexo en menores de edad y también promueve el aborto".4
La influencia
de estos grupos ha alcanzado a la Unión Europea, a través
de parlamentarios que suscriben la oposición a Cairo, y están
promoviendo la organización de una reunión internacional
de ONG conservadoras en el 2004, con el fin de minimizar y desacreditar
el consenso logrado en el 94.
En América
Latina existen indicios de que estos grupos conservadores estarían
tratando de influir en los gobiernos, actuando con apoyo técnico-político
de grupos fundamentalistas en base a una recomposición y reorganización
mucho más profesional y con fuertes apoyos económicos
que tienen como finalidad el uso tendencioso de confundir sobre los
temas y el lenguaje de Cairo. La salud sexual, como abstinencia sexual
y la planificación familiar como control de la natalidad, por
ejemplo.
El Fondo
de Población de Naciones Unidas (FNUAP) y los aliados/as de Cairo,
frente a este panorama global, han llegado a la conclusión, que
el contexto mundial no es nada favorable para impulsar una nueva conferencia
mundial que podría dar lugar a abrir la discusión de los
temas ya consensuados, con más fuerza y decisión que lo
vivido en los procesos de Cairo +5 y Beijing +5. Por ello, se inician
procesos a niveles regionales, con posibilidades más esperanzadores,
como lo ha demostrado la realización de la V Conferencia Regional
de Asia y Pacífico sobre Población y Desarrollo, que puso
de manifiesto la voluntad política de esa región de ratificar
y mantener la agenda de Cairo, pese a las innumerables presiones, ejercidas
para reabrir los acuerdos con el objetivo de alterar y retroceder en
el lenguaje.
"...
En cualquier caso, es evidente que a nivel global hay un resurgimiento
de ciertos ismos (fundamentalismos, fanatismos, conservadurismos). Estos,
junto con el terrorismo, las guerras y los temores acerca de la crisis
de la economía global, son factores que inciden en el retroceso
de las libertades y derechos de las personas, incluyendo los derechos
sexuales y reproductivos. Los cambios conceptuales y de enfoque, que
tienden a minimizar la concepción de derechos y acentúan
la preocupación en enfermedades como la tuberculosis, malaria
o el SIDA, pero este último al margen de la salud sexual y reproductiva..."5
Sin embargo,
esta primera Conferencia Regional Intergubernamental de Asia y Pacífico,
puso al descubierto las estrategias de los sectores opositores de Cairo,
por eso las lecciones aprendidas y sus recomendaciones son importantes,
para enfrentar estas tendencias al momento que se abran las reuniones
intergubernamentales en la región de América Latina y
El Caribe:
1. El documento
de base de la Conferencia, que incluía el lenguaje de Cairo,
trató de ser severamente recortado y en su lugar se pretendió
introducir el tema de abstinencia sexual como estrategia para adolescentes,
colocándose en paréntesis toda referencia a derechos reproductivos,
al igual que a servicios de salud reproductiva.
2. El compromiso de los países con el Programa de Acción,
la claridad conceptual con que se abordaron los temas, el apoyo de parlamentarios,
la influencia de las ONGs, fueron decisivos a la hora de aprobar el
informe regional. Posición política que se sustento en
la necesidad de:
±
Mantener los principios de la Agenda en las negociaciones. No aceptar
reabrir el debate o negociar sobre los acuerdos ya logrados, evitando
el debate sobre el "lenguaje" Cairo. Elaborar una sólida
argumentación para mantener los consensos.
± Asegurar en lo posible que en las delegaciones existan personas
con experiencia de negociación. Apoyar a las delegaciones de
los países que son firmes en mantener el Programa de Acción
de la CIPD.
± Incluir a los donantes en las reuniones informales sobre los
procesos y temas de discusión. Buscar canales de coordinación
con otras agencias del sistema de Naciones Unidas y fuera del sistema,
antes, durante y luego de la reunión.
± Movilizar activamente a aliados y defensores de la CIPD, en
especial parlamentarios. Trabajar con los medios de comunicación
masiva para informar puntual y correctamente sobre la situación
de los debates.
El Proceso
en nuestra región
El proceso
de revisión de la Plataforma se da en el marco de una profunda
crisis económica, política y social, con democracias a
veces frágiles, institucionalidades débiles y totalmente
condicionadas al modelo económico. El Plan de Acción Regional
sobre Población y Desarrollo, fue revisado y adoptado por todos
los países miembros de la CEPAL. Este es un instrumento importante,
sobre el cual debemos trabajar, como consenso Latinoamericano y del
Caribe.
Este Plan
Regional estableció un Comité Especial sobre Población
y Desarrollo (CEPD) que en su reunión de Brasilia llevada a cabo
en Mayo del 2002, estableció realizar una revisión de
los avances alcanzados en la implementación del Programa de Acción
en la región sobre la base de un informe, cuya elaboración
se solicitó al CELADE con la colaboración del UNFPA, que
brinda insumos básicos a partir de los resultados obtenidos en
las encuestas de campo realizados en varios países.
El documento
tendría el principio de reafirmar el Programa de Acción
y evitar toda clase de posibilidad de abrir un debate sobre su contenido.
Pretende ser un documento "técnico-inteligente" basado
en evidencias de los progresos, lecciones, limitaciones y retos, encontrados
en la implementación de la CIPD.
En diciembre6
del presente año está programada en Santiago de Chile,
la primera reunión de la Mesa Directiva Ampliada del Comité
Especial, para revisar un primer borrador del documento que será
presentado posteriormente en la reunión intergubernamental de
mayo 2004 en San Juan. Dos momentos que serán seguramente de
confrontación con los sectores conservadores, reaccionarios y
fundamentalistas, para los cuales nos tenemos que preparar.
En este
marco, es importante, el trabajo nacional que podamos llevar a cabo
antes de la primera reunión en Santiago ante la necesidad de
realizar un análisis sobre los posibles escenarios políticos,
que podrían influir en el proceso de revisión regional,
a partir de las posiciones políticas que podrían tener
los gobiernos nacionales.
a. Países
que enfrentan procesos electorales y están en situación
de transición, cuya posición puede ser impredecible.
b. Países que cuestionan la agenda Cairo y que pueden tratar
de reabrir puntos del Programa de Acción.
c. Países que apoyan y reafirman los compromisos alcanzados y
que pueden tener influencia y apoyar el trabajo de "advocacy"
con los otros.
Sin lugar,
a dudas los riesgos, que presenta este proceso en la región son
muy altos, especialmente tomando en cuenta la gran influencia que tiene
la administración Bush y la Iglesia Católica en la región.
Varias Redes y Campañas feministas, coincidimos en que la defensa
de la Agenda de Cairo, es un asunto ético y político de
primera importancia, pero también señalamos, que la agenda
feminista no se agota en este proceso y que si bien debemos defender
los consensos logrados, no podemos dejar de tocar temas como el aborto,
la sexualidad adolescente, la anticoncepción de emergencia, las
opciones sexuales, etc, que en muchos de nuestros países están
en la agenda pública y política, pero que además,
son temas de principios fundamentales de la posición que como
feministas tenemos.
México,
Octubre, 2003.
1 Ponencia
presentada en la reunión de Católicas por el Derecho a
Decidir en México del 30 de Septiembre al 2 de Octubre, 2003.
2 Programa de Acción (adoptado en la Conferencia Internacional
sobre Población y Desarrollo), El Cairo, Septiembre de 1994.
Naciones Unidas, CIPD-94.
3 Lilián Abracinskas, Ximena Machicao: Cairo + 5. El Aborto.
Campaña 28 de Septiembre ,"Día por la Despenalización
del aborto en América Latina y el Caribe". Montevideo, Agosto,
1999.
4 Reunión Consultiva entre el Fondo de Naciones Unidas (UNFPA)
y ONG sobre la Implementación del Programa de Acción de
la CIPD en América Latina y el Caribe. Reporte Final, Mayo, 2003.
UNFPA.
5 Ibid.
6 A confirmar.
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