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Acciones
Afirmativas
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Cotidiano Mujer Nº39
Año
2003
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Taller
Regional para la Adopción e Implementación de Medidas Afirmativas para
Afrodescendientes de América Latina y el Caribe.
Los días 7, 8 y 9 de Mayo del 2003
se llevó a cabo en Montevideo, el Taller Regional para la Adopción e Implementación
de Medidas Afirmativas para Afrodes-cendientes de América Latina y el
Caribe. Este espacio de inter-cambio entre sociedad civil y estados fue
organizado por el Alto Comisionado de Derechos Huma-nos de Naciones Unidas
y el Ministerio de Relaciones Exterio-res. Paralelamente, en el local
de Mundo Afro se organizaron distin-tas mesas de discusión. Una de ellas
contó con la presencia de Beatriz
Ramírez, por Mundo Afro (Uruguay),
Jeanneth Cooper
Cooper,
de la Red de Mujeres Costarri-cences y Afrolatinoamericanas, y de
Sueli
Carneiro, GELEDES (Brasil).
Lo que sigue es una reseña de lo allí planteado.
“El
reconocimiento del racismo, la intolerancia y las formas xenófobas por
parte de los estados participantes fueron logros de nuestro movimiento”,
señaló Beatriz
Ramírez al referirse a la Conferencia
Mundial Contra el Racismo y la Xenofobia realizada en 2001 en Sudáfrica,
sintetizando así el importante aporte de los movi-mientos sociales
y el punto de partida para establecer los desafíos globales de los movi-mientos
de mujeres afro descen-dientes en la actualidad. Tal desafío es aplicado,
tanto a la ingerencia real en los procesos políticos formales, como en
lo que significa hoy para el movimiento, estar a la altura de la reivindicación
de sus derechos.
La
crisis mundial y la des-legitimación progresiva del Derecho Internacional,
fueron puntos destacados por Ramírez en su análisis de la coyuntura a
enfrentar. El “desamparo” al que queda librada la lucha por los DDHH,
y la consecuente legi-timación de la guerra como único mecanismo de acción
supra-nacional. De allí que, en esta deli-cada coyuntura, el movimiento
de mujeres deba asumir este desafío con una “clara visión política
transformadora”, resultado de la necesaria e incesante revisión interna.
Crear un diálogo colectivo y alcanzar la negociación política, ayudará
a revertir la vulnerabilidad de las mujeres afro descendientes. Revalorizando
los principios éticos, el respeto por la diversidad y la adopción de nuevas
formas de organización y acción. En definitiva, acciones afirmativas que
deconstruyan viejas prácticas.
La
exposición de Jeanneth
Cooper Cooper, del Centro de
Mujeres Costarricenses, enfatizó que las exigencias de los movimientos
de mujeres afro descendientes deben traducirse en leyes, programas y proyectos
a nivel político. A estas acciones “afirmativas y de incidencia”,
Cooper las dividió por su orientación hacia distintos ámbitos. Dentro
de lo público-político, ubicó la reforma electoral en pos de obtener cuotas
de género, garantías de contratación laboral a afro descendientes, el
seguimiento de los acuerdos internacionales de DDHH y la inclusión en
la agenda pública de las reivindicaciones del movi-miento. En el ámbito
educativo, la urgencia que tiene el acceso a planes de alfabetización
y a la tecnología de punta, paso funda-mental hacia la real inclusión
de las mujeres afro descendientes en la sociedad. También destacó que
en la serie de propuestas realizadas hay un elemento apremiante que es
la carencia actual de políticas públicas en la mayor parte de América
Latina. Opinó que de no mediar acciones precisas, “es acertado indicar
que nuestras comunidades serán cada día más pobres, ya que son las más
marginadas, las más carenciadas de todas las regiones”.
Finalmente,
la exposición de
Sueli Carneiro enmarcó en la
realidad brasilera, gran parte de lo reivindicado por las otras dos expositoras.
Brasil podría ser un ejemplo de la concreción conceptual y política de
una parte importante de las reivindicaciones expresadas. Carneiro enumeró
los espacios políticos ganados por las mujeres en su país. El proceso
a Durban consolidó e hizo mucho más visibible en Brasil el aporte
del movimiento, tanto en lo político como en lo conceptual.
Importa
destacar que en este momento histórico que vive el Brasil tres mujeres
negras integran lugares en el gobierno de Lula. Esta instancia consultiva
que se tiene a nivel de la presidencia requiere una gran responsabilidad
política para cumplir con los compromisos asumidos. El espectro de acción
abarca el Ministerio de Medio Ambiente, la Secretaría de Promoción Racial
(que tiene la misión de dar seguimiento a lo establecido en Durban), y
el Consejo de Desarrollo Económico y Social. Tal magnitud adquirida desemboca
en un “nuevo pacto social de concer-tación entre el gobierno y la sociedad
civil” al que el presidente Lula ha convocado a las mujeres.
En
la exposición del caso brasilero estuvo siempre presente el logro político
adquirido, pero también el desafío que significa “pensar en especificidad
de género y raza paralelamente a las cuestiones consideradas estructurales
de las fuerzas hegemónicas”. Se ha tenido que aprender en la marcha
a articular las agendas específicas de género con lo macroeconómico del
país. “De todas maneras, a pesar de estos problemas, lo logrado es
para nosotras la medida del avance organizativo de las mujeres negras
del Brasil”.
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