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Para
pensar
Críticamente
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Cotidiano Mujer Nº39
Año
2003
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La campaña contra los fundamentalismos
en el aula
Verónica
Perera*
Quienes estamos
al frente del aula en la Universidad, sabemos que preparar el programa
de la materia es una tarea esencial, porque un buen programa es una de
las claves para el éxito del curso. Un curso es exitoso, creo, cuando
desafía a todo/as, alumno/as y docentes, a preguntar, cuestionar y pensar
críticamente algún tema, disfrutando nuestra capacidad para pensar y conocer.
Y sobre esto último quiero insistir: “disfrutar”, porque solemos olvidarnos
que nadie aprende nada sin placer -como Paulo Freire bien sabía. Pero
sucede que no siempre es fácil encontrar material y bibliografía que nos
permita organizar un curso en base a estos criterios: educarnos en el
pensar críticamente y en el placer de aprender. En realidad, y pensándolo
mejor, tal vez no sea fácil, porque no sabemos buscar, o nos auto-limitamos
los lugares donde buscar. A mí, esto me lo mostró la campaña contra los
fundamentalismos.
Cuando
en la marcha inaugural del III Foro Social Mundial en Porto Alegre, junto
a compañeras feministas latinoamericanas repartí masivamente las bocas
de cartón rojas y azules de la campaña contra los fundamen-talismos, sospeché
que tenía entre las manos un material pedagógico muy estimulante. A la
vuelta de Porto Alegre, en la New School for Social Research en Nueva
York, cuando, como parte del entrenamiento de mi Doctorado en Sociología,
di cursos sobre Globalización, América Latina y Género supe que mi intuición
era acertada. Junto con las bocas de cartón, el CD, el libro, los afiches
y los otros materiales de la Campaña contra los Fundamentalismos que las
compañeras de Cotidiano Mujer en Uruguay diseñaron y que tantas redes
de organizaciones feministas en el mundo entero apoyaron, fueron para
mí y para mis alumnos/as un recurso que nos ayudó a pensar en otras globalizaciones,
como insiste Boaventura de Sousa Santos.
Los cursos que di y que voy a dar otra vez este año : “La globalización
y su malestar en América Latina” y “Globalización y Género”,
tratan de abordar y desentrañar distintos procesos sociales, económicos,
políticos y culturales que básicamente pueden dividirse entre las
“globalizaciones desde arriba” y las “globa-lizaciones desde abajo”.
Las primeras refieren a temas como el Consenso de Washington, las políticas
públicas y la filosofía del neoliberalismo; la liberalización del capital
financiero; las nuevas tecnologías de información; la división internacional
y sexual del trabajo, etc. Las globalizaciones desde abajo, por otro lado,
nos llevan a mirar luchas y movimientos sociales, y organizaciones de
la sociedad civil, que en los últimos años también adquirieron una escala
nueva que los ha transformado cualita-tivamente.
El
proceso (proceso, porque es mucho más que un evento) del Foro Social Mundial
es una parte importante de mis cursos y le dedico al menos dos clases.
Y como parte del proceso del Foro, reflexionamos sobre la Campaña como
una nueva forma de hacer política y sobre los fundamentalismos. Por eso,
además de leer artículos de revistas académicas sobre el Foro1,
mis alumnas/os en la New School vieron el CD y otros materiales de la
Campaña, como las bocas, afiches, etc. La experiencia me recordó con muchísima
fuerza, como decía al principio, la importancia de poder disfrutar a la
hora de aprender y sensibilizarse. Estas/os jóvenes, en su mayoría estadounidenses,
se ponían y sacaban las bocas de cartón, miraban los materiales y admiraban
el CD con una curiosidad que yo no preveía para quienes han crecido con
los hiper estímulos audiovisuales de la industria cultural norteamericana.
¡“Pero estas mujeres son artistas increíbles!”; ¡“La izquierda necesita
tanto más de esta estética!”, fueron comentarios que escuché. No puedo
reconstruir acá toda la discusión sobre el proceso del Foro, la campaña
y los fundamentalismos. Y como dije al principio, creo de verdad que el
éxito de un curso tiene más que ver con las preguntas que abre que con
las respuestas que garantiza. Sólo quiero resaltar dos ideas que, inspirados
en y a partir del material de la campaña, tratamos de elaborar en el aula
con mis alumnas/os y nos llevaron a hacernos más preguntas. La primera,
discutimos los fundamentalismos como mecanismos culturales, políticos
y sociales de opresión y de explotación. La segunda, analizamos e insistimos
en el plural de los fundamentalismos: la religión es sólo un ámbito
que puede engendrar fundamentalismos. Pero hay muchos más: los modos de
organizar la producción y distribución de riquezas y probrezas; las formas
de vivir y decidir colectivamente; las maneras de expresar la sexualidad,
etc., son también espacios de donde tenemos que erradicar fundamen-talismos.
Huelga decir que poder elaborar este tipo de ideas en el aula -especialmente
en la Roma del Imperio, y cuando el César dibuja el “eje del mal” según
su antojadizo criterio- no es poca cosa. Es, más bien, una tarea esencial.
1
Como varios de New Left Review 14 y 17; o el de José Seoane y Taddei,
Emilio “De Seattle a Porto Alegre. Pasado, presente y futuro del movimiento
anti-mundialización neoliberal”, en Seoane, José y Taddei, Emilio (ed).
2001. Resistencias Mundiales. Buenos Aires: CLACSO |