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De
Porto Alegre
a Wellesley College
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Cotidiano Mujer Nº37
Año
2002
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Vanessa
Hsu Chen*
María Alejandra Zambrano**
Hoy
en día, Wellesley College es una de las pocas universidades estadounidenses
para mujeres. La administración se muestra renuente a convertirla
en una institución mixta mientras exista una clara desigualdad de
género. Su lema, mujeres que marcarán la diferencia, es la carta
de presentación de reconocidas ex-alumnas, tales como Madeleine
Albright y Hillary Clinton, quienes más allá de haberse convertido
en paradigmas personifican el ideal de una mujer exitosa que rompe
con los esquemas sexistas. No obstante, las estudiantes de Wellesley
que marcarán la diferencia miden su éxito por la jugosidad del sueldo
ofrecido como recién graduadas desestimando la inequidad imperante
en el resto del mundo. |
Como estudiantes internacionales de esta prestigiosa institución, encontramos
una serie de contradicciones en este discurso feminista elitista que obvia
la problemática de las mujeres fuera de este microcosmos. Por ejemplo,
nos extrañamos que se haya ignorado el Día Internacional de la Mujer,
mientras nuestras hermanas revivían la constante lucha de las mujeres
a través de comunicados y marchas de apoyo. Por otro lado, nos indigna
la apatía generalizada a la hora de discutir sobre derechos humanos, justicia
y paz.
¿Cuál
es, entonces, nuestro rol como feministas internacionales dentro de una
universidad estadounidense de mujeres? En primer lugar, debemos enfrentar
el problema de la representación geográfica. Las estudiantes latinoamericanas
no sumamos la docena entre más de dos mil trescientas estudiantes. En
segundo lugar, la falta de un currículum orientado a explorar la coyuntura
latinoamericana dificulta su divulgación. Estas falencias, junto con nuestro
interés por entender la problemática del continente, nos condujeron a
participar en el segundo Foro Social Mundial con la intención de informarnos
y extrapolar el producto de las discusiones a nuestra universidad.
Ante
el rápido avance del neoliberalismo en el Sur, el segundo Foro Social
Mundial se convirtió en un espacio de diálogo y negociación esencial.
Por tal motivo, los movimientos sociales se congregaron con urgencia en
Porto Alegre para proponer alternativas a la globalización que incluyan
las demandas de las mujeres, los pueblos afrodescen-dientes, indígenas
y rom, el caucus de orientación sexual, de jóvenes, ancian@s, niñ@s y
dispacitad@s.
Si
bien las múltiples actividades simultáneas nos obligaron a descartar sesiones
valiosas, entender los puntos de convergencia de los distintos sectores
de la sociedad civil nos ayudó a reencontrar la cohesión de todo el foro.
Asimismo, el establecimiento de vínculos y contactos fuera de las discusiones
formales complementaron nuestra participación en actividades que resultaban
repetitivas pese a la buena voluntad de l@s expositores. El simple hecho
de estar rodeadas de gente que creía fervientemente en la construcción
de un nuevo mundo reafirmó nuestro compromiso con las causas sociales
pese a un tinte marcadamente proselitista que en ocasiones opacaba las
discusiones.
El
FSM fue el marco idóneo para que los representantes de la sociedad civil
presentaran sus diversas propuestas. Una de las campañas que más impactó
a los participantes fue "Tu boca, fundamental contra los fundamentalismos"
impulsada por la Articulación Feminista Marcosur (AFM). Esta propuesta
de construir un "nosotros" inclusivo, plural, cambiante
y no exento de conflicto promueve el proyecto de una humanidad
donde todos tengan los mismos derechos. Para la AFM, los fundamentalismos,
tanto religiosos como económicos, menoscaban la participación activa de
la mujer en la construcción de un nuevo mundo que no es necesariamente
el espejo de la civilización patriarcal occidental.
El
éxito de la campaña más allá de sus propuestas se debió a la acertada
estrategia publicitaria. La presencia de personas con grandes bocas de
cartón en su rostro, junto con las pancartas mostrando otras bocas cubiertas,
"vendió". Esto demuestra, tal y como lo afirmó una participante
del Foro, que los movimientos sociales bien pueden apropiarse de las armas
del capitalismo, promotoras del consumismo, para seguir adelante y difundir
su lucha.
La
campaña contra los funda-mentalismos también nos impactó. Ahora, como
estudiantes latinoamericanas en Estados Unidos, tenemos el propósito de
modificar la actual imagen de la mujer económicamente exitosa promovida
por Wellesley College, y, apuntar a la formación de mujeres que realmente
marcarán una diferencia dentro de la lucha de género a nivel global. Queremos
usar nuestras bocas para no solamente pedir un buen sueldo, sino también
denunciar los fundamen-talismos y las prácticas sociales discri-minatorias
que mantienen oprimida a la humanidad.
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Costa Rica, 19 años, estudiante de Física
** Ecuador, 22 años, cursa estudios de Paz y Justicia
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