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Entrevista
a Cecilia Millán
Blanco/Negro, Ellos/Nosotras, Mujeres/Hombres
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Cotidiano Mujer Nš36
Aņo
2001
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Elena Fonseca
Cecilia
Millán asistió como consultora de DAWN* y REPEM*,
a la "Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación
Racial, la Xenofobia y las otras formas conexas de Intolerancia" convocada
por las Naciones Unidas, en Durban, Sudáfrica, a principios de
octubre. Asistió también a las conferencias preparatorias
en Chile y Ginebra, enviando relatos periódicos que informaron
acerca de las políticas que las organizaciones sociales llevaban.
De esa manera quienes no fuimos a ellas pudimos conocer "la cocina" y
leer entrelíneas. Claro, quedaba lo imprevisible, lo que ningún
oráculo podía predecir: la retirada de los Estados Unidos
e Israel primero y el atentado a las Torres Gemelas dos días después
de finalizada la Conferencia; ambos cambiaron el mundo.
¿Cómo
se ve bajo ese ángulo los resultados de la Conferencia?
Sin previo
aviso las reglas del juego cambiaron y es lícito preguntarse ahora
sobre la validez de la Conferencia.
La retirada
de Estados Unidos y de Israel, hizo que el tema del Medio Oriente fuera
el que predominara en los momentos en que las decisiones importantes sobre
otros temas debían ser tomadas. Ni siquiera se pudo llegar a discutir
el propio tema. Sí se sacaron conclusiones y un documento final
donde se reconoce la necesidad de crear un Estado Palestino, pero no se
establecieron plazos, ni cómo debía procederse, nada. El
otro tema que polarizó la Conferencia fue el de la problemática
en relación a la esclavitud y las demandas o peticiones de reparaciones
que hacían algunos de los países africanos. Y hubo algunos
temas postergados como, por ejemplo, la discusión sobre las personas
que viven en territorios ocupados como Eritrea, Burma y otros. Se podía
haber hablado de ellos sin hablar de Palestina o Israel, pero no había
voluntad política de ninguno de los dos lados en pugna para hacerlo.
Había tanta pasión y tantas cosas fuertes, era demasiado
visceral que fue imposible sacar de sus posiciones a ninguno de los dos
bloques.
Es curioso,
que a pesar del lenguaje lavado de las conferencias internacionales, por
debajo existiera una tormenta de pasiones.
Sí,
el "lenguaje de Ginebra", el de la diplomacia internacional, donde cada
palabra, cada frase, se refina, se pule, donde se discute apasionadamente
una coma, con el agravante de que una vez terminado en inglés,
al traducirlo al castellano, o al francés, o al árabe, o
al chino, uno no pueda imaginarse cómo serán entendidos.
Luego se espera que sea implementado en cada uno de los países
firmantes, pero nosotras sabemos que si dentro de cada país no
existe una organización ciudadana fuerte que pueda exigir a los
gobiernos de turno la implementación de ese plan de acción,
es muy difícil que sirva para algo. Para mi lo fundamental es el
control ciudadano que debe existir después de una conferencia como
esta. Pienso que las ONG, la sociedad civil, son quienes deben tener la
palabra de ahora en adelante.
¿Qué
cambió en el tablero del mundo después de la Conferencia?
La división
del mundo era Norte/Sur, ahora es Oriente/Occidente y en la Conferencia
el enfrentamiento fue entre el mundo Oriental y el Occidental. Yo participé
de la conferencia regional en Santiago de Chile que era la conferencia
de las Américas, donde estaban países del norte, como Estados
Unidos y Canadá, poderosísimos, México, toda América
Central, América del Sur y el Caribe. Ellos pudieron sacar un documento
consensuado aunque tuviera algunas cosas que no eran gratas a Estados
Unidos como el tema de las reparaciones.
¿Por
ejemplo?
Salió
una definición de lo que es la población afro-descendiente,
tanto de los países del norte como de los del sur de las Américas,
con referencias muy específicas para esas poblaciones, y también
para las poblaciones indígenas, ligando los derechos sociales y
económicos, políticos y culturales de esos sectores de la
población. Ese documento regional influyó mucho en el documento
final. Por todo esto en esta conferencia no fue tan clara la diferencia
Norte/Sur, puesto que muchos países del norte apoyaban soluciones
para eliminar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y las otras formas de intolerancia al igual que los del sur.
La conferencia
no pudo avanzar mas allá de las definiciones que tenían
50 años atrás, sobre racismo o factores de discriminación,
ni llegaron mas allá en los temas de la esclavitud y del colonialismo
ni tampoco sobre el Medio Oriente, porque la discusión se polarizó,
en blanco/negro, ellos/nosotros, mujeres/hombres. El problema fue que
con esa dicotomía es imposible definir nada ni tener ningún
diálogo.
¿Tu
evaluación, entonces, es negativa?
No, de ninguna
manera. Hay tres cosas que rescato: la primera, que el tema de la discriminación
racial, el racismo, la xenofobia y las otras formas de discriminación
fue puesto realmente en la agenda política de los gobiernos, y
también en los medios de comunicación, a pesar de que sabemos
cómo algunos pueden distorsionar estos temas. Y fue en esa instancia
cuando se le hizo a Mary Robinson la petición del monitoreo, que
fue de las cosas más importantes que se concretaron. Después
de una conferencia como esta era necesario saber quién o quiénes
van a ser responsables de su seguimiento. Creo que será el Alto
Comisionado de Derechos Humanos quien va a tener que dar una respuesta
y deberá crear una comisión interdisciplinaria para poder
empujar una especie de control ciudadano.
Lo otro que
rescato es la ganancia que tuvieron los sectores de afro-descendientes
en nuestra región. Pienso que además formaron entre ellos
una serie de alianzas entre el Sur, América Central, América
del Norte. Brasil tuvo en esto un papel de líder para poder llegar
a Durban con una serie de posiciones muy claras y sin retroceder.
La ganancia
de los afro-descendientes en este documento fue mayor a la que pudieron
tener los pueblos indígenas - estoy hablando aquí a nivel
de lo sociedad civil, del proceso preparatorio. De todos modos los pueblos
indígenas obtuvieron que se aceptara la denominación "pueblos
indígenas" y no poblaciones o pueblos como presionaban muchos gobiernos.
La tercera
cosa que rescato... no la rescato como del todo positiva, me refiero a
la ganancia que tuvieron las mujeres. ¿Qué ganamos las mujeres?
No todo lo que queríamos.
Se obtuvieron,
sin embargo, cosas importantes, por ejemplo se reconoció que las
mujeres sufren una discriminación distinta a la de los hombres.
Y que podían sufrir múltiples formas de discriminación
o discriminación agravada, lo cual es un logro, porque significa
que las mujeres no solamente son discriminadas porque pertenecen a una
raza o porque son de una religión determinada o porque pertenecen
a un grupo económico determinado, sino también porque son
mujeres. Y esos varios estados, identidades de las mujeres, se entrecruzan
y hacen que suframos una discriminación completamente diferente
a algunos hombres. Aunque también algunos hombres, pueden sufrir
esta intersección de raza, género y religión.
Se recomendó
que cada medida que se tomara dentro de los países, debía
partir de una perspectiva de género y que hubiese diferenciación
para distintos planes de acción tanto para las mujeres como para
las niñas.
¿El
tema de la orientación sexual no se trató?
No, hubo
temas que quedaron fuera, como el tema de género - porque lo que
acabo de explicar fueron pequeñitas cosas, (importantes en el sentido
que eran para todas las mujeres, afro-descendientes, asiáticas,
indígenas), pero el género quedo fuera, y también
quedó fuera la discriminación por orientación sexual,
la discriminación por casta, y por capacidades diferentes.
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