|
EL
MACHISMO EXQUISITO
|
Artículo
del Cotidiano Nº26
|
A
fines de agosto, en un seminario organizado por la Comisión Nacional
de Seguimiento y la Red de Mujeres Políticas, se encontraron
frente a frente, en el Salón de los Pasos Perdidos, doscientas
cincuenta militantes de los partidos y sus dirigentes máximos.
Ellas querían hablar. Ellos también.
Cuando las
mujeres que militan en los partidos políticos hablan de cuotas
no se refieren a la forma de pago de un nuevo lavarropas marca "Poder"
ni a una nueva tarjeta de crédito "Politicard" sino de quitarle
una parte de su poder político a los varones. Eso lo asumió
directamente el senador Hugo Fernández Faingold, al intervenir
en el seminario "Mecanismos para incrementar la representación
política de las mujeres, un desafío para la democracia"
realizado a fines de agosto en el Salón de los Pasos Perdidos.
El secretario general del Partido Colorado comenzó su intervención
diciendo: "En la medida que se reconozca que éste es un tema
de poder, empezarán a operar los mecanismos de poder, aquellos
regulados y los no regulados, pero que hacen a la conformación
del liderazgo. Es una forma de hacer del tema de la participación
de la mujer un tema crucial en la disputa de poder. A mi juicio, es el
primer paso real para cambiar el acceso de las mujeres a posiciones de
poder. Dentro de los partidos y en la sociedad". A Fernández
Faingold le habían antecedido en el uso de la palabra Héctor
Pérez Piera (presidente del Nuevo Espacio), Rodolfo Nin Novoa (vicepre-sidente
del Encuentro Progresista) y Alberto Volonté (presidente del Directorio
del Partido Nacional). ¿Y qué habían dicho hasta
en-tonces estos tres diri-gentes políticos a las doscientas cincuenta
mujeres de sus partidos, edilas, militantes barria-les y de comisiones
internas partidarias de todo el país, cada una con su experiencia
de postergación a cuestas, tantas veces analizadas en talleres,
encuentros y seminarios y que por fin los tenían a todos allí
delante para que les contestaran de una buena vez si van a hacer algo
para que vayan más mujeres en las listas y para que estén
representadas en los espacios de poder de los que ellos son viejos inquilinos?
Héctor
Pérez Piera (presidente del Nuevo Espacio):
"La capacidad
no tiene sexo"
"Tendríamos
que hacer un diagnóstico" dijo Pérez Piera. Y
lo hizo. "El hombre ocupa hoy en día, en el mundo entero y en
el Uruguay también, una mayor cantidad de cargos públicos.
No más del 10 por ciento de las mujeres se encuentra en los ámbitos
de decisión. Este es un diagnóstico negativo, porque hay
una definición clarísima de que la capacidad no tiene sexo".
Pérez Piera señaló que mantener alejadas a las mujeres
de estos ámbitos significa subutilizar ese recurso humano que es
la inteligencia social de la mujer, además de transgredir un valor
fundamental que es la verdad, porque al no hacer el mejor uso de las capacidades
nos estamos mintiendo como sociedad. "Ni qué hablar de la libertad"
agregó, "porque creo que la mujer debe tener la misma libertad
que el hombre para ocupar esos cargos y hoy no la tiene". Habló
en tercer lugar de un valor de justicia.
Pérez
Piera recordó que durante la discusión de la reforma Constitucional
se habló de un porcentaje fijo de cargos políticos para
las mujeres. "Pero, dijo, la nueva Constitución obtuvo
el voto de una mayoría mínima; donde hubiésemos incorporado
algún tema polémico adicional, hubiese naufragado. Fue nada
más que por eso que no se incorporó ese reclamo femenino".
El presidente
del Nuevo Espacio terminó su intervención diciendo"queremos
optimizar los recursos humanos y para ello nuestro partido apoyaría
cualquer tipo de soluciones en ese sentido". Aseguró que su
partido ya tiene cuatro mujeres entre los quince integrantes de la Mesa
Ejecutiva Nacional y que tiene "el deseo de apoyar este reclamo legítimo
de una parte de la sociedad, porque como dije, la capacidad no tiene sexo".
Rodolfo Nin
Novoa: "Desde Olimpia de Gouges hasta hoy"
El vicepresidente
del Encuentro Progesista comenzó diciendo que "participar en
este tipo de eventos tiene sus ventajas; a los dirigentes políticos
que andamos recorriendo el país, visitando la gente, recogiendo
sus testimonios, sus preocupaciones más inmediatas como el empleo,
la salud y la educación de los hijos, el hecho de repasar los documentos,
las cifras, las estadísticas, nos hace tomar concencia que el tema
de la participaciónde la mujer tiene que estar estrechamente
vinculado a la búsqueda de soluciones de los problemas que
preocupan a la inmensa mayoría de los uruguayos".
Como había
estado repasando, hizo un repaso "desde la declaración de los
derechos de la mujer y ciudadana que le costara la vida a Olimpia de Gouges"
hasta llegar a Beijing en 1995. Por eso encontró "cifras que
ustedes conocen pero que es bueno repetirlas". Y las repitió.
Así partió de que las mujeres en el mundo son el 52 por
ciento de la población hasta llegar a que ocupan solamente el 10
por ciento de los escaños parlamentarios y un 6 por ciento de los
cargos de gabinete. Después de señalar que "todos estos
factores están determinando discriminación y violencia contra
la mujer", dio cifras de las mujeres en América Latina para
pasar después a Uruguay, "donde las mujeres adquirieron el derecho
al voto a partir de 1938", enumerando las que estuvieron en cada legislatura
y en cada gabinete a partir de 1943 hasta hoy.
Finalmente
Nin Novoa recordó que "la participación de la mujer en
la sociedad uruguaya es muy activa en lo social, sobre todo a nivel local,
que es en definitiva donde se resuelven las cosas concretas". Y puso
como ejemplo el proceso de descentralización llevado adelante en
el departamento de Montevideo, enumerando las 7 edilas montevideanas y
las 81 del Interior que, dicho sea de paso, estaban casi todas entre el
numeroso público.
Después
de recordar que el Encuentro Progresista lleva adelante varios programas
desde los que "se atiende el tema de la mujer", y explicarlos,
Nin Novoa señaló que se ha tenido especial interés
en promover la participación de la mujer en diversos ámbitos
y puso de ejemplo a la secretaria general de la IMM, "que es, después
del Intendente, la persona de mayor jerarquía en la Intendencia
y sin cuya firma nadie está obligado a aceptar las resoluciones
del Intendente".
Finalizando
su intervención Nin Novoa dijo: "Si bien esto es insuficiente,
muestra nuestra inequívoca voluntad de reconocer el importantísimo
rol que la mujer está cumpliendo en nuestra sociedad y segundo
que estamos buscando mecanismos para incrementar la participación
política de las mujeres. Confiamos que seminarios como éste
profundicen el camino de mayor reconocimiento del rol de la mujer. Muchas
gracias."
Alberto Volonté:
"La única distinción que signa a todas las mujeres es la
maternidad"
"Pienso
que lo práctico es intentar encontrar un diagnóstico acertado",
comenzó diciendo Alberto Volonté, para pasar al "primer
tema que se nos plantea, si a la mujer como tal le interesa determinada
actividad". Volonté preguntó directamente a las presentes:
"¿Hay interés?", para pasar inmediatamente a definir
la actividad política, como "la culminación de un desarrollo
volitivo que nace en una profunda vocación" y puesto
que las vocaciones no distinguen entre hombres y mujeres, definió
finalmente la única distinción que hay entre un hombre y
una mujer. "La única distinción que hay entre un hombre
y una mujer-y eso no lo venimos a descubrir hoy- es simplemente una que
signa a todas las mujeres: la maternidad". Puesto que, fuera de eso,
para Volonté todo iguala al hombre y la mujer, lo que cabe preguntarse
es qué ha hecho la sociedad uruguaya en políticas sobre
maternidad. "No sobre la mujer, la mujer no necesita de ninguna política
especial, sí la maternidad".
Tras señalar
que la sociedad uruguaya ha hecho poco por esa consideración especial
y basándose en la encuesta que sería presentada esa tarde
aseguró que "lo que encadena más en cuanto al tiempo,
la dedicación y el espacio es ese referente permanente: la necesidad
indeclinable, inexorable que cumple esa función para la cual la
mujer actúa y no puede en ninguna circunstancia renunciar a ella,
sea una vocación distinta o diferente a la que lleva a otros seres
a realizar distintas actividades". Para Volonté la cosa es
muy sencilla: "Si nosotros somos capaces de desarrollar políticas
profundas en protección a la maternidad que empieza en lo verdaderamente
protegible, no en la mujer, vamos a empezar a encontrar los caminos que
conducen a ver si la mujer tiene interés en participar activamente
en política".
Después
de abundar sobre el tema Volonté anunció que "de a poco
nos vamos acercando al diagnóstico" y que la cuestión
está no en las diferencias sino en "la falta de reconocimiento
de virtudes superiores". Y lo dijo claramente: la mujer no tiene que
abrirse espacio dentro de los partidos, sino que serán los partidos
los que reclamarán a la mujer como elemento decisiorio a la hora
de captación de voluntades. Como lo que en su opinión lo
que se necesita no es un reclamo sino un reconocimiento, "para que
ese reconocimiento sea profundo, auténtico, valedero, indestructible
y para siempre, reconozcamos con toda humildad que requerimos un cambio
cultural. No se trata de un cambio en la estructura política, sino
de un cambio más profundo,en nuestra cultura".
El cambio cultural permitiría, según Volonté, reconocer
en la actividad política el valor agregado (de la mujer) y "no
permitirle actuar simplemente porque la reconocemos un ser igual,
(ya que) sería poca cosa aceptar eso y no reconocer el plus
que la mujer ofrece en todas sus actividades y fundamentalmente en la
política".
Hugo Fernández
Faingold: "Con el sistema electoral uruguayo las cuotas no sirven"
Cuando Fernández
Faingold comenzó su intervención aclarando: "No
voy a hablar de diagnóstico", las mujeres, que estaban en el
fondo tratando de tomar café abandonaron su propósito y
pensaron por un momento que al fin alguien iba a sacar la situación
adelante. Muchas no coloradas llegaron a pensar en un momento: "habrá
que terminar votándolo a éste". Otras más realistas
comentaron: "son cien años de cultura de gobierno". Pero
la ilusión duró poco. La letanía de elogios y diagnósticos
sólo había sido interrumpida para decirles a las mujeres
allí presentes que tenían razón, pero que las cuotas,
con el actual sistema electoral uruguayo, no servirían para nada.
"Hace algunos meses defendimos públicamente el tema de la cuotificación.
Hoy debo decir que en aquel momento nos equivocamos, dijo Fernández
Faingold. "Porque el sistema electoral uruguayo genera dificultades
técnicas concretas que hacen que el gran esfuerzo de discusión
por el establecimiento de una cuota termina en no resolver una mayor participación
de las mujeres, aun con cuota, porque en una mayoría importante
de los departamentos de la República se eligen dos diputados nada
más, y de partidos distintos. Hablar de cuota significa que la
mujer, con una participación del cincuenta por ciento en las listas,
en la medida que sea segunda, no va a ser diputada." El senador colorado
concluyó que la única manera de resolver el tema es dentro
de los partidos y entre los partidos. Señaló entonces cuatro
pasos a dar. El primero: modificar los valores culturales que menosprecian
las calidades y competencias de las mujeres. Segundo: apostar a mecanismos
en las internas de los partidos. Tercero: apoyar "con pesos y centavos"
a las candidatas. Parecía que todo estaba terminado. Los periodistas,
que habían ido en gran número, después de grabar
la voz del representante del partido de gobierno se disponían a
seguir recopilando chistes machistas para su colección. Las mujeres
empezaban a preocuparse porque no se veían baños para damas
a la vista y estaban a punto de descubrir que el Palacio Legislativo no
tuvo originariamente prevista su presencia. Entonces les tocó el
turno a dos diputadas del Mercosur, especialmente invitadas para la ocasión.
Marta Suplicy,
Elisa Carca y Mafalda: "Estamos hasta acá de hablar de la maternidad"
Marta Suplicy,
diputada del Partido de los Trabajadores de San Pablo, empezó diciendo
que había escuchado atentamente todos los diagnósticos y
dijo: "Nosotras no queremos más hablar de la casa, de la maternidad".
Y repasando el límite de su frente como haciéndole la venia
al hartazgo agregó: "Nosotras estamos hasta acá de eso.
Nosotras queremos hablar del poder político". Entonces las
doscientas cincuenta mujeres presentes se pusieron de pie. Empezaron a
aplaudir. Abandonaron la búsqueda de baños y de café.
Los periodistas dejaron su colección de chistes. De ahí
en más escucharon embelesados como hacía años no
escuchaban nada en el Palacio Legislativo. "Cuando hablaba el último
panelista - siguió diciendo la diputada del PT- decía
cuáles eran las mejores decisiones para las mujeres. Yo pensaba:
¿porqué no nos escucha a nosotras? Nosotras sabemos lo que
es mejor para nosotras. ¡Nosotras queremos decidir si son las cuotas
o no son las cuotas! ¡Y no queremos más que los hombres hablen
por nosotras! ¡Nosotras tenemos palabra! Queremos ser escuchadas
y queremos ser respetadas en nuestras opiniones". Suplicy terminó
su intervención advirtiendo: "Ustedes tienen una posiblidad
que nosotras no tuvimos. Nosotras hicimos todo de arriba para abajo. Nuestra
ley de cupos fue hecha por la bancada femenina del Parlamento y comunicada
abajo, porque teníamos que ir muy rápido. Acá ustedes
tienen tiempo para realizarlo de abajo para arriba y crear las condiciones".
Y dirigiéndose a quienes la acompañaban en la mesa de expositores
agregó: "Ahí es donde ustedes, hombres, nos pueden ayudar
mucho porque es cierto que hay que abrir un espacio de capacitación,
de infraestructura para las candidatas, -y también para los candidatos-
pero ¿por qué no un espacio mayor en la televisión
en la campaña electoral?"
Elisa Carca,
quien contó la experiencia de las cuotas en Argentina, haciendo
hincapié en dificultades que tuvieron las mujeres a la hora de
implementar el mecanismo en sus partidos, con la intención de advertir
a las uruguayas sobre errores e ingenuidades que no es necesario transitar.
Las mujeres del público intentaron por un rato que los políticos
allí presentes contestaran lo que era el motivo del seminario:
¿qué piensan los dirigentes de los partidos sobre la mayor
representación de las mujeres para ocupar cargos de dirección?
Y, en última instancia si tienen alguna propuesta para incidir
en un cambio cultural que habilite el cambio de relaciones de poder entre
hombres y mujeres. "Decir que todo el problema es cultural es un escudo
protector", dijo una militante de un partido a su dirigente. "Es
como decir ahí nos quedamos, es una valla insalvable. ¿Hay
alguna perspectiva de cambio?"
Al mediodía
se dio por finalizado el panel con los dirigentes políticos. Los
periodistas se fueron tras los dirigentes, las militantes de los partidos
comieron, descansaron, encontraron los baños, tomaron café
y a la tarde hicieron el esfuerzo de escuchar a otros cinco panelistas,
comentando los resultados de una encuesta sobre qué opinan los
uruguayos acerca de las cuotas políticas para las mujeres. Al otro
día les esperaba una jornada de talleres para poner al día
lo discutido en cada departamento del país sobre los mecanismos
de representación política.
El Salón
de los Pasos Perdidos quedó desierto al caer la tarde. Sillas,
servilletas, bandejas de comida y vasos de plástico que las más
laboriosas no alcanzaron a recoger quedaron como testimonio de una jornada
muy especial. Sólo faltaba Susanita para que le comentara a Mafalda:
"¿Para esto quieren llegar al poder, para dejarlo lleno de basura?"
Carina Gobbi
|